MADRID
José Mari Bakero destacó tras su estreno como entrenador de la Real que «en los momentos claves han marcado sus goles. No han chutado mucho más, no han tenido llegadas por las bandas, pero nos ha faltado más frescura con el balón. El 2-1 llegó cuando veía el partido como quería».
Añadió que «la movilidad de Paunovic nos ha creado muchos problemas al principio. Consideraba clave cerrar bien las bandas con Contra y Pernía y lo hemos conseguido. De lo que es el comportamiento de los jugadores en el campo estoy contento. A partir de ahí hay que analizar lo sucedido».
Se mostró crítico con el arbitraje: «Ha sido muy duro. Nos ha cargado de tarjetas, cada contacto era falta y nos ha condicionado. No es una excusa, es una realidad. Tras la expulsión, el equipo ha reaccionado con muchísima voluntad, pero además de eso hace falta eficacia y mejor concentración en los metros finales».
Sobre el estado anímico suyo y del grupo comentó que «estoy triste, pero hundido no porque representamos a un club como la Real y merece que estemos a la altura de las circunstancias. Otra cosa es que no haya acierto. Ya sabemos que estamos en una situación crítica. Si ganamos aquí dábamos un salto importante, pero sabemos que estamos en un tramo final en el que cada partido debemos afrontarlo como un partido individual. No debemos perder cinco minutos pensando que estamos tristes, sino seguir en el camino del trabajo. Nos vamos cuatro días a La Manga y no hay tiempo para mirar para atrás. La concentración debe estar en el próximo partido. Estoy absolutamente convencido de que seremos capaces de salir de esta dinámica negativa».
Reconoció que la derrota no es la mejor forma para debutar en un banquillo, señaló que vio cosas positivas y negativas y, sobre su cambio de sistema, apuntó que «hemos intentado hacer un fútbol directo hacia Skoubo, Mark y Nihat, para formar un triángulo más cerca de la portería que hasta ahora. Nos ha faltado concretar y tocar más el balón».
