Maite Soroa
Se intentan autoconvencer
Raúl del Pozo pasa por ser uno de los periodistas bien informados y razonablemente equilibrados de entre los que pululan por Madrid. Y, a pesar de todo eso, también se le va la olla de vez en cuando. Ayer nos regaló un artículo en el que cantaba el fracaso del independentismo vasco y la victoria del españoleo. Y, tal vez, quería reconocer lo contrario.Según del Pozo,«Arnaldo Otegi (...) es gordito y vanidoso, un poco pavo, con mucho ego, de Elgoibar, pero como si fuera de Bilbao». Eso les pasa por no conocer personalmente a Ronaldinho Otegi... Y, como de lo que se trata es de animar a la afición de “El Mundo” y dar coba a su director, que es el que paga, Raúl del Pozo se mete en aguas procelosas:«pero que no se crea que ésta va ser la Paz de Westfalia donde se acordó que todos los crímenes de un lado y del otro, los daños y los gastos, serían enterrados en el olvido eterno; tampoco será el Convenio de Oñate entre los generales Espartero y Maroto, con el Abrazo de Vergara, ante las tropas donde se reconocieron los empleos, grados y condecoraciones carlistas a los que abrazaron la Constitución». Por desconocer, desconocen hasta la Historia. El convenio, querido Raúl, es el de Bergara. En Oñati hacían chocolate, no convenios. Y, ya en plan farruco, hablaba de rendiciones. De las
ajenas, claro:«Que no esperen un acto solemne, como si fuera la rendición de la
escuadra japonesa, serán actos casi clandestinos, porque aquí no hay dos
ejércitos (...) les van a decir que han sido derrotados, que su estado mayor
está rejado, sus comandos infiltrados, sus fuerzas desperdigadas, sus presos
desmoralizados y placados. Les van a avisar de que el último tren pasa por
debajo del chabolo. Vuestra forma de lucha ya no tiene sentido, resultáis
ridículos al lado de la yihad; es como ponerse a orinar junto a las cataratas
del Niágara. Os espera la grapización o la artritis de los puretas en prisión;
vuestro sueño era un meteoro en la cabeza, vuestras tropas no han desfilado por
San Sebastián. Nunca tuvisteis un Ho Chi Minh, cuando la única manera de
indentificar a los cadáveres de los héroes era el carné del Partido Comunista.
Los vascos no quieren a Pol Pot. Lograréis un partido legal; y tal vez dentro de
10 años los presos de más condenas puedan estar en su casa, con pulseras, al
estilo irlandés». Veremos qué cara se le pone a Raúl del Pozo (y sobre todo a su
director) cuando esto empiece. -msoroa@gara.net
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