Victoria Mendoza - Psicoterapeuta
¿Qué hacer con la tregua?
Algunas noticias tendenciosas sobre el comunicado de alto el fuego recuerdan las demás ocasiones en que hubo treguas interrumpidas, sin hacer referencia a los motivos para esas interrupciones. Una vez más, algunos ven sólo una parte de la cuestión, como cuando se habla de los atentados y las víctimas de ETA sin mencionar la otra parte, sin hablar de presos políticos o de dispersión, suicidios y tortura a presos vascos. Hablar de justicia y democracia es tomar en cuenta a todas las partes. Cuando hay un conflicto, hay partes encontradas que tiran de una cuerda hasta que unos caigan derrotados o hasta que la cuerda se rompa, pero también existen otras posibilidades; que la cuerda se parta en dos y se le de a cada uno la parte que le corresponde o que la cuerda se parta en pedacitos hasta que ya no haya nada que repartir y por lo tanto, ninguna cuerda por la que pelear.
Depende de unos y otros, el uso que hagan de la tregua. Unos ya han cedido y, aunque les pese a muchos, el pueblo vasco está demostrando que quiere paz, que está dispuesto al diálogo y que confía en que los otros acaben de entender su situación, que respeten su lengua, su economía, su geografía, su cultura, pero sobre todo que respeten su capacidad y derecho de decidir, su capacidad y derecho a decidir qué Euskal Herria desean.
Cuando pienso en la invasión, saqueo y empobrecimiento en nuestros países, pienso que mucho ganaríamos, ya no con que los demás nos ayuden o nos den limosnas, sino con que los que nos asesinan y roban nos dejen en paz, nos dejen organizarnos y hacer uso de nuestras riquezas naturales. Algo así pasa con Euskal Herria; mucho se resolvería si al País Vasco le dejaran en paz, su organización y economía le permiten no tener que depender.
Si en lugar de invadir y saquear a nuestros países, se nos permitiera organizarnos, sin que nadie nos controle o se adueñe de nuestras riquezas, seguramente, tendríamos menos problemas; igual que si al País Vasco se le dejara en paz, se le permitiera organizarse y tomar sus decisiones, si nadie intenta imponerle nada, seguramente todos encontraríamos la paz antes de lo que se piensa. Seguramente no habría treguas interrumpidas, ni motivos para defenderse de ataques e imposiciones, seguramente seríamos menos los enfrentados y confrontados y se podrían buscar y encontrar más y mejores soluciones.
Creo que una de las cosas que debemos hacer con la tregua es no dar motivos para que esta tregua se interrumpa, que haya encuentros, diálogo, acuerdos, respeto a dichos acuerdos, que cedan ambas partes, que ambas partes pongan de su parte en bien no de unos y de otros, sino en bien del Pueblo Vasco, esa es la cuerda a la que me refiero. -
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