Raimundo Fitero
Diagnóstico
Era eso: astenia primaveral. Las estadísticas nos dicen que los vascos y vascas acudimos seis veces al año a la visita médica. Contando a quienes tienen una salud de hierro y no visitan un centro médico por ningún concepto, significa que algunos subimos la estadística por nuestros colesteroles, triglicéridos y presiones arteriales, es decir que los crónicos vamos a buscar recetas, a que nos midan la tensión y cuando nos duelen las muelas practicamos un yoga transversal que acaba, irremediablemente, en una factura y una pregunta, ¿con iva o sin iva?
El diagnóstico actual se llama astenia primaveral, un cansancio sicológico debido a la entrada de más luz, que en algunos se cruza con las alergias y otros acaba con las gafas de sol colocadas en la cabeza, al modo top modelo guarda coches de urbanización con campo de golf, y buscándolas desesperadamente por todo el coche. Lo primero, por lo tanto es mirarse en la cabeza; lo segundo buscar los pañuelos de papel, y lo tercero contener la respiración para poder ver por la televisión los noticiarios en donde comprobamos que en Francia hay movida, en Israel elecciones y en Irak la destrucción de una invasión. Y nosotros con astenia primaveral, vagos, con un sueño perpétuo, viendo como nace una cadena de televisión La Sexta, que da una noticia: «¡tenemos el Mundial de Fútbol!» y se ponen a dar saltos de alegría.
No es para menos. TVE consiguió el domingo en la hora de la carrera de motos GP, más del cincuenta por ciento de la audiencia. El domingo anterior Tele 5, con los coches, lo mismo, en el momento de máxima audiencia cerca de cinco millones de telespectadores en términos absolutos. Los partidos de fútbol de la Champions están consiguiendo audiencias grandilocuentes, por lo que una cadena que llega para hacerse un hueco en nuestro mando a distancia, si no tiene algo para que enganche, se convierte en un comodín de las generalistas. Un Mundial de fútbol es un opción, cara, pero seguramente eficaz. El problema es que después del Mundial, les llegará la hora de la verdad, la competencia cotidiana. El diagnóstico parece sencillo, lo complicado es aplicar el tratamiento oportuno. -
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