La victoria final de Viktor Yanukovich obliga a los candidatos «naranja» a entenderse
·El presidente yushenko inicia las consultas con los partidos que accederan a la rada suprema
El ex primer ministro Viktor Yanukovich, líder del prorruso Partido de las Regiones, ganó las elecciones parlamentarias de Ucrania celebradas el pasado domingo. Escrutado el 80% de los votos emitidos, Yanukovich logra el 30,43% de los votos, seguido del Bloque de Yulia Timoshenko, que suma el 22,38% de las papeletas, y el gran derrotado, el presidente Viktor Yushenko, líder de Nuestra Ucrania, con el 15,11% de apoyos.
KIEV El presidente Yushenko comenzó ayer las consultas con los líderes de las formaciones políticas que accederán a la Rada Suprema (Parlamento) probablemente cinco a falta de escrutar el 20% de los votos emitidos, con vistas a iniciar las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno.La victoria del prorruso Yanukovich, probablemente y salvo una sorpresiva alianza con el presidente, no le servirá para encabezar el nuevo gobierno, pero obligará a los dos líderes «naranjas» Yushenko y Timoshenko, dos ex aliados que no se soportan a lograr un acuerdo para evitar el ridículo y continuar adelante con las reformas que exigen los occidentales. El regreso de Yanukovich al cargo de primer ministro sería una imagen que EEUU, la UEy los «revolucionarios» de colores no podrían soportar. De entrada, Yushenko afirmó ayer que «hay que despejar todos los problemas que dividen a Ucrania o al electorado», señaló el presidente tras reunirse con su primer ministro, Yuri Yejanurov, que encabeza el bloque oficialista Nuestra Ucrania, tercera fuerza más votada, que confirma la humillante derrota de Yushenko. Según el jefe del Estado, las conversaciones deben servir para «precisar el sistema de valores en torno al cual se creará una coalición, y no un sistema de cargos a repartirse».
El enemigo en casa El presidente recibió después a su antigua aliada y en la actualidad odiada compañera de viaje «naranja» Timoshenko, que aspira a convertirse en primera ministra, cargo que ocupó entre febrero y setiembre de 2005, hasta que fue destituida por Yushenko en medio de un escándalo de corrupción que salpicó al presidente, que le acusó de utilizar el cargo para «arreglar sus negocios».
Timoshenko se tomó cumplida revancha tras quedar segunda en las elecciones tras Yanukovich, pero lograba una simbólica «victoria» ante Yushenko.Sin embargo, pese a la necesidad, entenderse no parece tan sencillo. El propio presidente y figuras destacadas de su partido recelan de la llamada «dama naranja». El diario electrónico “Ukraïnska Pravda” decía ayer que «Yushenko está resuelto en su deseo de no ver a Timoshenko en el puesto de primer ministro». Por su parte, un alto responsable del Ministerio de Interior indicaba que si el presidente se alía con Timoshenko «tendrá un enemigo dentro de su propia fortaleza, un enemigo que aspira al mismo asiento», en referencia a las ambiciones presidenciales de la «dama naranja». Es muy probable, estiman los analistas, que Timoshenko, extremadamente ambiciosa, se presente en las elecciones presidenciales que se celebrarán dentro de tres años. El diario “Gazeta po-Kievski” señalaba ayer que será ella «la que imponga las reglas en la formación de una futura coalición parlamentaria». Hay que recordar que tras la reforma constitucional aprobada recientemente en Ucrania el Parlamento designa al primer ministro, que es el encargado de formar prácticamente en su totalidad el gobierno. En este sentido, el politólogo independiente Volodymyr Malinkovich señala que con Timoshenko como primera ministra el presidente quedaría relegado a un «segundo o tercer plano de la vida política» del país. Entretanto, junto a las tres formaciones políticas citadas, también lograrían entrar en el parlamento hay que superar el 3% de los votos los socialistas «naranja», con el 6,11% de los escrutinios y los comunistas, con el 3,59%.
El prorruso esperará su oportunidad
El Partido de las Regiones de Yanukovich reconoció ayer que pese a ganar quizá no disponga de suficientes escaños para formar Gobierno ante la negativa de los socialistas a pactar y los malos resultados del presidente del Parlamento Vladimir Litvin. En ese caso, Yanukovich barajaría la posibilidad de una coalición con el partido gubernamental o pasar a la oposición y esperar que la coalición naranja» «se desintegre» como ocurrió en septiembre con la destitución de Timoshenko. -
La «dama naranja» reclama el cargo de primer ministro
KIEV Yulia Timoshenko manifestó ayer que ve «muy posible» la formación de una coalición «naranja» con el partido gubernamental del presidente, Viktor Yushenko, y los socialistas, y se declaró convencida de convertirse en la próxima primera ministra en una entrevista. «A tenor de mi encuentro con Yushenko, veo muy posible una coalición entre los demócratas. Lo que comenzamos en las elecciones presidenciales de 2004 debe continuar», aseguró Timoshenko al término de las consultas con el presidente ucraniano. «Estoy segura de que la coalición renacerá y encontraremos puntos en común. Debemos enorgullecernos de la elección hecha por el pueblo y no debemos defraudarla», señaló. Timoshenko manifestó que la coalición será formalizada «en el plazo de una semana». Por otro lado, en una entrevista publicada ayer en el diario italiano “La Repubblica”, Timoshenko señaló, ante una eventual alianza entre Yanukovich y Yushenko, que tal pacto supondría «el suicidio político» del presidente. Yushenko «debe decidir: yo o Yanukovich como primer ministro. En este último caso, el decidiría su propio suicidio político. La posibilidad de una alianza entre ambos es nula». Timoshenko también se refirió al contrato de gas firmado el pasado mes de diciembre con el gigante ruso Gazprom. La candidata dijo que «será evidentemente anulado». El contrato, señala la política, «no garantiza más que el precio de la energía, pero deja en manos de Moscú la gestión de Ucrania», añadió.
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