El jefe de Gabinete de Bush dimite en las horas más bajas del presidente
Andrew Card ha renunciado a su cargo de jefe de Gabinete del presidente de EEUU, que desempeña desde que George W. Bush llegó a la Casa Blanca. La dimisión de uno de sus más fieles asesores llega en un momento difícil para Bush, ya que su índice de popularidad ha bajado a límites que no conocía desde 2001. El sustituto de Card será Josh Bolten, otro estrecho colaborador del presidente, hasta ahora director de Presupuestos de la Casa Blanca.
WASHINGTON
George W. Bush anunció ayer que aceptaba la dimisión presentada por el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Andrew Card, y desveló que Josua Bolten, actual director de Presupuesto de la Presidencia, será el sustituto de Card. El cambio se llevará a cabo el 14 de abril.
«Ha sido un honor para mí trabajar con Andy Card. Y tengo una confianza enorme en mi próximo jefe de Gabinete», dijo Bush en una breve intervención al anunciar la salida de su jefe de Gabinete y el nombramiento de Bolten como su sucesor. Fuentes allegadas a Bush indicaron que el presidente decidió durante el fin de semana en la residencia presidencial de Camp David (Maryland) que aceptaría la dimisión ofrecida por Card tres semanas atrás.
La renuncia de este importante asesor de Bush hace sospechar que ésta sea la primera ficha que el presidente mueva para una remodelación más profunda de su Gabinete, según apunta CNN. El Gobierno de Bush está atravesando sus horas más bajas; la polémica invasión de Irak, el fiasco de la gestión del Katrina, entre otros asuntos, han hecho que el apoyo popular se haya reducido al 37%, el índice más bajo desde 2001. El Partido Republicano está muy preocupado por esta bajada, porque en noviembre se celebrarán las elecciones de medio mandato, en la que los republicanos se juegan la actual mayoría en las dos cámaras del Parlamento.
«Ideas frescas»
Por ello, circulan rumores de que el Partido Republicano estaría presionando a Bush para que introduzca en su Gabinete gente con «ideas frescas y nueva energía», aunque el presidente ha insistido en que «está satisfecho con la gente de la que me he rodeado».
Card, de 58 años, ha estado al lado de Bush desde que éste ganó las elecciones por primera vez en el año 2000. Como jefe de Gabinete, se hacía cargo de las tareas cotidianas de la Presidencia, se encargaba de la agenda de Bush y de importantes asuntos de la burocracia presidencial. Ha estado en el centro de las actividades más importantes del Gobierno de Bush, desde la aprobación de las primeras rondas de reducciones de impuestos a la respuesta a los atentados en Nueva York y Washington de setiembre de 2001, la invasión de Afganistán y de Irak, y el nombramiento de nuevos miembros del Tribunal Supremo.
Si bien no ha tenido carrera política independiente, siempre ha estado unido a los mandatarios republicanos. Entre 1988 y 1992 fue asesor y subsecretario de la Presidencia con George Bush (padre), y en la Presidencia de Ronald Reagan fue asesor para asuntos intragubernamentales.
Bush, asimismo, elogió a Bolten, de 50 años, quien ha sido director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca desde junio de 2003, y antes fue subdirector de la Oficina para Política de la Presidencia desde enero a junio de 2003. Bolten también fue el director de las políticas del tándem formado por Bush y Dick Cheney en la campaña electoral de 2000.
Bush recordó que aún les quedan tres años de mandato en los que deberán enfrentarse a grandes retos. «Tenemos una guerra global que luchar y que ganar», subrayó. En palabras del presidente estadounidense, «Nadie está mejor preparado para esta importante posición» que Bolten. «Josh es un pensador político creativo (...) un experto en presupuestos y en nuestra economía». Bolten subrayó, por su parte, que se siente «muy honrado» de suceder a Andrew Card, «digo suceder, no reemplazar, porque Card es irreemplazable», agregó.
Un proyecto de ley sobre la inmigración prevé legalizar a millones de «sin papeles»
WASHINGTON El Comité Judicial del Senado aprobó el pasado lunes un proyecto de ley sobre la inmigración, que endurece los controles fronterizos, crea visas de trabajo temporales y legaliza a millones de indocumentados sin que salgan del país. Además, elimina los castigos penales a quienes les brinden ayuda. La propuesta llega seguida de manifestaciones multitudinarias de inmigrantes en todo el país que reivindican sus derechos. El proyecto, promovido por el senador demócrata Edward Kennedy y el republicano John McCain, recibió 12 votos a favor y seis en contra. Ahora pasará a manos del Senado, en cuyo pleno se debatirá la propuesta. Los senadores podrán presentar enmiendas y la votación podría tener lugar dentro de unas dos semanas. El texto aprobado deberá ser consensuado con la Cámara de Representantes, más reacia a estas reformas, por lo que se teme que el texto final quede devaluado. Una de las novedades son las visas de trabajo de hasta seis años de duración para inmigrantes con trabajos poco cualificados. También les ofrece la posibilidad de obtener la ciudadanía. El proyecto prevé otorgar al menos 400.000 visados en tres años. Asimismo, se prevé legalizar a los «sin papeles» que hayan trabajado durante seis años en el país si pagan una multa, demuestran que no tienen antecedentes penales y aprenden inglés, entre otros requisitos. «No queremos 11 millones de fugitivos, que es lo que tenemos ahora», señaló el senador demócrata Bob Graham, en referencia a las personas en situación irregular que viven en el país.
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