PARIS
La jornada de paros y movilizaciones convocadas unitariamente por las doce organizaciones sindicales y estudiantiles que desde hace dos meses expresan su rechazo a los Contratos de Primer Empleo (CPE) ralentizaron ayer la actividad en el Estado francés, especialmente en los servicios públicos.Las 135 manifestaciones reunieron a 1.055.000 personas, según la Policía, y a más de tres millones de personas, según las organizaciones convocantes. Las cifras confirman que en esta cuarta jornada de movilización se dobló la asistencia a las protestas del pasado 18 de marzo, que reunieron a entre 500.000 y 1.500.000 personas, según las mismas fuentes, y es síntoma del consenso existente en el Estado francés en contra del plan de empleo juvenil que impulsa el París.
Las cifras de participación comienzan a cobrar un cariz histórico, porque hay que remontarse a finales de 1995 para encontrar una movilización similar contra una reforma del Gobierno. Entonces, el primer ministro, Alain Juppé, acabó por retirar su reforma de las pensiones, aunque ahora Dominique de Villepin parece determinado a hacer frente a la presión social.
El día arrancó con graves perturbaciones en el transporte urbano de 75 ciudades, retrasos en aeropuertos y las anulaciones previstas en la red ferroviaria. Dos de cada tres trenes de alta velocidad cumplieron su servicio habitual y funcionaron el 40% de los trenes regionales. En los aeropuertos de la capital, Orly y Roissy, el retraso medio fue de treinta minutos y un tercio de los vuelos fue anulado.
En París, la única ciudad donde se firmó un acuerdo de servicios mínimos entre sindicatos y la empresa municipal de transportes, el metro funcionó al 75% de su frecuencia habitual, la misma proporción que los autobuses. Los trenes de cercanías, auténtica pasarela entre la capital y su periferia, sufrieron anulaciones del 50%. Sin embargo, en las capitales de provincia, donde los autobuses suponen el único medio de transporte urbano, la incidencia de los paros fue mucho mayor.
Además del transporte, el sector donde el seguimiento de las convocatorias de huelga fue mayor fue en la enseñanza. pero también otras áreas de la función pública, como Correos, Telecomunicaciones o Hacienda se vieron afectadas.
Asimismo, hubo alteraciones en los medios de comunicación públicos y no hubo diarios en los kioskos parisinos.
Inflexible
Las organizaciones sindicales y estudiantiles contrarias a los CPE parecen haber conseguido vencer el pulso lanzado al primer ministro, Dominique de Villepin, quien ayer, sin embargo, reiteró su inflexible oposición a retirar los nuevos contratos.En la reunión que mantuvo con el grupo parlamentario de la UMP, insistió en que está «abierto» a modificar el CPE, pero no lo retirará ni cambiará la posibilidad de despido sin justificación que rige durante el período de dos años de prueba de dichos contratos.
Villepin dijo que «los sindicatos han rechazado la mano tendida. Se la vuelvo a tender. Estoy dispuesto a dialogar». Mani- festó su disposición a reducir los dos años de período de prueba y a establecer una entrevista personal en caso de rescisión de contrato, aunque no una comunicación por escrito sobre el motivo del despido.
Los sindicatos rechazaron la invitación para reunirse hoy y exigen que los CPE sean retirados antes de discutir sobre el empleo juvenil. La reunión intersindical para decidir nuevas protestas tendrá lugar a las 14.00 de hoy.
