El diario personal de Barandiaran desvela aspectos inéditos de su vida
Cuentan que al desembarcar en Donibane Lohizune, Joxe Migel Barandiaran comentó: «Ya hemos salvado el pellejo» y que un miliciano le contestó: «Ahora nos toca llenarlo». El primer volumen del diario personal de Joxe Migel Barandiaran comienza en 1917 y finaliza precisamente con el desembarcó en Ipar Euskal Herria.
DONOSTIA
La fundación Barandiaran presentó ayer en Donostia el primer volumen del diario personal del ilustre investigador de la Prehistoria y la Etnografía vascas. El diario arranca precisamente el 3 de enero de 1917 con la narración de de una excursión a las montañas situadas entre Ataun y la Burunda, donde descubrió cuatro dólmenes. En el tercer parrafo del texto dice:«He descubierto cuatro dólmenes», entre ellos en de Balenkaleku. Y el volumen finaliza con su marcha a Ipar Euskal Herria. «En julio de 1936 estaba excavando en Urtiaga, una colina enfrente de Itziar, desde el que se domina la carretera general. Se ve que tenía mucha curiosidad y salía mucho a la entrada de la cueva para observar quién pasaba. Pensaba que el levantamiento militar iba a durar poco y continuaba trabajando. Y describe en euskara la situación política, relata sucesos relacionados con la guerra, y finaliza con el viaje en un vaporcito que salió de noche de Mutriku «con unos 45 fugitivos, acompañados por mendigoizales armados de fusiles» y llegan a Donibane Lohizune», recordó Jesús Altuna, coordinador de la obra.Armando Llanos, presidente de la fundación, recordó que Joxe Migel Barandiaran llevó durante su vida tres diarios de forma simultánea:en el primero de ellos recogió las notas de campo de todas las prospecciones y excavaciones arqueológicas que fue realizando hasta que cumplió 84 años;el segundo recoge los datos etnográficos, en especial los mitos y leyendas, y el tercero es, finalmente, el diario personal que inició en 1917 y que siguió escribiendo hasta pocos años de su muerte. Al primer tomo, presentado ayer, le seguirán otros. La periodización de los mismos se hará siguiendo los hechos que marcaron su vida. Cada volumen se presentará en forma de dos libros:uno facsímil y el otro con la transcripción del texto manuscrito, con varios anexos e índices. Armando recordó que en la transcripción se ha respetado escrupulosamente el texto del autor, incluyendo las erratas y faltas de ortografía. El diario pasó a partir de los 50 a redactarse íntegramente en euskara. Jesús Altuna recordó que la generación actual ha conocido a un Barandiaran de 90 años, «un abuelito que ya no tenía la garra que tenía a los 30 y 40 años». En la presentación estuvieron los directores de Cultura de las diputaciones de Araba y Gipuzkoa, Pedro Ignacio Gonzalo e Imanol Agote y la consejera de Cultura de Lakua, Miren Azkarte.
Fragmentos del diario
Destinado a la
lavandería
Después de los viajes por los museos y mis estudios en Alemania vine muy animado para actuar en el seminario, mejor equipado que antes a mi juicio, pero en Vitoria no pensaban utilizar con prisas mis servicios. Lo sucedido me enseñó que no debo confiar mucho en el éxito de mis planes, si bien hay que intentarlo. En el seminario se inauguró el lavadero mecánico y me encargaron lavar toda la ropa del seminario durante tres semanas hasta que el criado aprendiera el manejo. Prohibiciones de los
superiores
Don Asensio Gurruchaga, vicario general de la diócesis, me prohíbe asistir a la junta de la Sociedad de Estudios Vascos. Es la tercera vez que se me prohíbe asistir a tales juntas. (...) A la noche me dice que el señor obispo ha prohibido que los sacerdotes asistan al acto de la inauguración del monumento al conde Peñaflorida. Me dice que la Sociedad de Estudios Vascos va por derroteros contrarios a la religión, prestando apoyo a la a un enciclopedista como era el conde Peñaflorida. (Barandiaran era de la junta permanente de la Sociedad). Censurado y despreciado
Ayer, por ejemplo, trata de estulticias (sic) mis
trabajos etnográficos el rector del seminario de Saturraran y añadió en son de
burla que sus discípulos pondrían correcciones a mis escritos. Qué me importa lo
que unas criaturas de este mundo miserable digan de mí. Me cupo nacer en el
corazón del Pueblo Vasco. Su vida viví. Quise mover al compás de sus
tradiciones. Espigué en el campo de mis padres. Peregriné por sus montes y
valles y porque deseché las flores que hallé en el camino, he sido censurado,
despreciado y perseguido. Fabricaba bombas de
mano Las turbas se hartan de gritar «¡Abajo el clero!» y
¡«Fuera el obispo!» y nada de esto me extraña. Ayer corrieron graves rumores
sobre la situación en Madrid. Los superiores del seminario hablaban de cerrar el
seminario. (...)Y fui a la cama a la hora de otros días. Un superior me
despierta. Un hombre ha atravesado el patio. Eran las doce de la noche. Se oyen
varias descargas de armas hacia el prado. Me visto, me armo y me apresto a salir
de mi habitación. (...) Durante el día fabrico bombas de mano por si ocurre
algo.
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