«Miserias de la guerra», novela inédita de Baroja
·Sánchez Ostiz: «Es pieza imprescindible del rompecabezas barojiano»
Donostia, la ciudad donde nació Pío Baroja en 1872, fue el lugar elegido, en el año en que se conmemora el 50 aniversario de su muerte, para presentar «Miserias de la guerra», novela crepuscular del escritor. Miguel Sánchez Ostiz se ha encargado de recomponer la novela tras cotejar un ejemplar censurado con el texto definitivo y su borrador.
DONOSTIA
“Miserias de la guerra”, novela inédita de Pío Baroja, es «una pieza imprescindible del rompecabezas barojiano, que ofrece una visión de la España de la contienda civil que no puede ser más desencantada», según el escritor Miguel Sánchez Ostiz, responsable de su edición. El libro, al que la censura franquista sometió a numerosos subrayados y tachaduras que lo convirtieron en «impublicable», ha visto la luz tras la laboriosa tarea de Sánchez-Ostiz, destacado estudioso barojiano, que se ha encargado de recomponer la novela tras cotejar el ejemplar censurado con el ejemplar definitivo y su borrador, y numerosos textos sueltos que dejó el autor de “La busca”. La editorial familiar Caro Raggio ha editado 10.000 ejemplares del libro. Pío Caro Baroja, sobrino del autor y responsable de la editorial, explicó en el acto de presentación que la idea de sacar a la luz la obra era vieja, pero que «éste era un buen momento, con las heridas de la Guerra Civil ya cerradas». Baroja utiliza a un personaje literario, el militar inglés Carlos Evans, para narrar a través de un diario los acontecimientos previos a la guerra del 36 y la primera etapa de la contienda, cuyo final lo recoge a través de la correspondencia que el británico recibe a partir de 1938 en París, su nuevo destino. En esa primera parte, explicó Sánchez-Ostiz, el escritor vasco escribe con «bastante precisión y una notable eficacia periodística los hechos, atentados y barbaridades que ambos bandos cometieron antes y después del alzamiento del 18 de julio». Señaló que la novela está nutrida de todo el anecdotario que Baroja, que dejó el Estado español en junio de 1936, fue recopilando a través de los testimonios de quienes llegaban al Estado francés huyendo de la guerra. Además de personajes ficticios, como Carlos Evans, con el que el autor se distancia de las partes enfrentadas, el libro incluye otros basados en personas que el escritor conoció y trató en Madrid, y recrea incluso la tertulia de la librería “Tormos” que él frecuentaba y que en este caso lleva el nombre de “El club de papel”. «La visión que Baroja transmite de la España de la época no puede ser más desencantada. Da igual 'rojos o blancos', pues denuncia las barbaridades de unos y otros. Sentía que vivía en un país que carecía de espíritu para hacer frente a los conflictos políticos que iban a desembocar en la guerra», dijo ayer Sánchez-Ostiz.
Lo escribio cuando estaba a punto de cumplir los 80
GARA
DONOSTIA Miguel Sánchez Ostiz ha escrito la biografía “Pío Baroja, a escena”. El escritor navarro cree que el autor de “El árbol de la ciencia” le «dio más vueltas que un tiovivo a esta novela fundamental», a la que, además de muchas excelencias, le encuentra también una pega, y es que fue escrita cuando el novelista vasco estaba a punto de cumplir 80 años y su prosa no tenía ya la fortaleza y agilidad de la de sus primeras obras. «Es la novela de una persona que se ha llevado ya muchos palos en la vida, al que el exilio envejeció psíquica y físicamente, y que en su vuelta a Madrid en 1940 comprobó lo mucho que había perdido con la guerra», comentó Sánchez-Ostiz, quien señaló que no obstante el humor también está presente entre las miserias de la contienda. No hay ya demasiados escritos inéditos de Baroja, pero los que quedan se irán editando poco a poco. «No es cuestión de sacarlo todo a la vez», aseguró Pío Caro Baroja.
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