K. Ezeolaza, R. Idiart, C. Molinuevo... (*)
Ante la situación de esperanza
Manifestamos que la declaración de «alto el fuego permanente» de ETA es una buena noticia. Unidos a nuestros obispos de la CAV en su nota conjunta y a su oferta de servicios por la paz y la reconciliación, recibimos ese comunicado como una verdadera esperanza que marca la apertura de un camino firme, aunque no exento de dificultades, hacia una paz justa y una convivencia normalizada en el respeto de los derechos personales y colectivos de Euskal Herria. Esa buena noticia es una llamada al compromiso y la responsabilidad de todos, para aportar nuestra colaboración en la construcción de un futuro nuevo. Queremos recordar especialmente y manifestar nuestra solidaridad con quienes más han sufrido, de una manera o de otra: muertos y sus familiares, heridos o amenazados, presos, refugiados y sus familias, y los extorsionados. Pedimos que se den pasos de humanización de esas situaciones dolorosas, mientras se avanza hacia una pacificación más plena y una normalización en la justicia. Asimismo, impulsados por el Espíritu de Jesús de Nazaret, víctima y perdón, estamos llamados a desarmar la palabra y los corazones y a aportar nuestro esfuerzo, allí donde estemos, para impulsar una convivencia nueva, y para que tantos dolores que ha habido se conviertan en dolores de parto hacia la justicia y la reconciliación. Pedimos a Dios para que todos tengamos actitudes de respeto, diálogo y búsqueda sincera de acuerdos para el bien común. Especialmente, para que los responsables políticos, sociales, económicos y religiosos de España, Francia y Euskal Herria actúen por encima de intereses particulares o partidistas y con decisión sincera de superar los distintos conflictos y abrir puertas a un futuro nuevo en Euskal Herria. La Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria manifiesta su satisfacción por sus esfuerzos, compartidos con otros, para la consecución de esta declaración de «alto el fuego permanente», que puede ser principio para superar conflictos y abrir puertas al futuro. Y pedimos, como lo hemos hecho reiteradamente, el esfuerzo de los agentes principales para impulsar el diálogo público y privado, la negociación y el acuerdo, para avanzar en el reconocimiento de nuestro pueblo y su capacidad de decisión en una democracia sin exclusiones. Como dicen los obispos: «Habremos de sembrar, con delicadeza y paciencia, en todos los ambientes, la experiencia liberadora del perdón solicitado, perdón ofrecido y perdón recibido. Dios bendiga a cuantos trabajan por la paz». Os manifestamos nuestros sentimientos y demandas con un espíritu fraternal y solidario hacia la justicia, la libertad y la paz. - (*) Firman también F. Vergara y F. Zamakona, en
nombre de la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria
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