Raimundo Fitero
Planos
La realidad se va sedimentando en alguna parte de nuestra corteza cerebral conectada a los sentidos y se va almacenando produciendo planos de la memoria activa. De repente aparece Eleuterio Sánchez, “El Lute”, acusado de maltratar a su esposa, y, por arte del vuelco intermitente informativo, el que había sido presentado modelo de reinserción se nos transforma en un ser violento, como si el destino corriera siempre un poco más rápido que la voluntad. O como si la huida acabará siempre tropezando con un plano de la realidad que nos devuelve la imagen reflejada en un espejo cóncavo.En los programas en los que se practica la sana gimnasia democrática de buscarle los tres pies humorísticos a la realidad política, lo único que se utiliza es una taladradora de profundidad diversa que va penetrando por la realidad y va atravesando los distintos planos existentes y se para allá donde cada humorista o guionista es capaz de encontrar el pozo de lo absurdo, de la ironía o del sarcasmo. Lo que se haga con el hallazgo depende siempre del punto de vista del artista, del ambiente en donde se desarrolle esa alquimia comunicacional y del grado de incisión que se utilice. Por ejemplo, Eva Hache está ganado terreno en la noche porque han decidido utilizar brocas de precisión que llegan en muchas ocasiones hasta el mismo hueso, e incluso lo atraviesan. No hubo una crónica más objetiva, más nítidamente posicionada en el epicentro de la realidad que la realizada en este programa sobre los acontecimientos del consistorio marbellí. Sin necesidad de utilizar lenguaje constreñido a una corrección nefasta, fueron dando los detalles en lenguaje centrípeto, para en el remolino acabar diciendo lo que todos pensamos sobre el asunto. Es una fórmula que utilizan con mucha frecuencia y le da magníficos resultados. Activar la máquina de podar las ramas para poder ver los árboles y hasta el bosque. Y todo ello haciendo partícipe al telespectador con ese grado de complicidad inteligente que es lo que nos hace convertirnos en correligionarios. Es un plano de la comunicación en donde la intermediación se convierte en hilo conductor de las energías de alta intensidad conspirativa con el neurotransmisor del humor. -
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