El feminicidio, máximo grado de violencia a las mujeres en países con conflictos bélicos
Durante días pasados hemos tenido la oportunidad de conocer de primera mano la realidad que viven las mujeres en países que están inmersos en un conflicto bélico o que acaban de salir de él, tal y como ocurre en Guatemala, Perú y Colombia. Cuatro grandes conocedoras de la trágica situación de violencia, abusos y asesinatos que viven las mujeres en esos estados nos han acercado la cruel realidad.
Gracias a la labor que realizan las ONGs Aldea y Mugarik Gabe, y más concretamente, gracias a las relaciones que éstas mantienen con la organización presente en Colombia, Perú y Guatemala llamada Consejería en Proyectos, durante la pasada semana hemos tenido entre nosotros a cuatro mujeres que nos han mostrado la cruda situación que viven las mujeres en dichos países. Yolanda Aguilar, Edda Gaviola, Gloria Cano y Claudia Ramírez han expuesto en Euskal Herria algo que hasta hace pocos años permanecía bastante oculto: que en lugares donde existe un conflicto armado, las mujeres son utilizadas como «botín de guerra»: son agredidas, violadas y hasta asesinadas. Durante cinco días han recorrido varias localidades de Nafarroa, Araba y Cantabria mostrando que «en situaciones de conflicto, de post-conflicto o fuera de un conflicto se da la violencia contra las mujeres. Asimismo, estas representantes latinoamericanas han mantenido reuniones con varias organizaciones e incluso instituciones navarras, en las cuales han recibido un gran apoyo.
Situaciones poco conocidas
En palabras de Yolanda Aguilar, representante de la asociación guatemalteca De Víctimas de violencia sexual a Actoras de Cambio, lo que une a las componentes de la expedición es «el planteamiento de lo que sucede a las mujeres en nuestros países inmersos en situaciones de conflicto y de post-conflicto». Señala que, aunque «no son situaciones que se conozcan», vienen a «plantear que es necesaria una actitud de solidaridad». El rasgo más característico de la violencia contra las mujeres que se da en situaciones donde hay o ha habido un conflicto armado es, tal y como señala la colombiana Claudia Ramírez, que ello no queda a la vista: «Como hay otras violencias que se hacen públicas en el marco de los conflictos políticos, se invisibilizan un poco otras, como en el caso de Colombia, de violaciones, extrañamiento sexual, anticoncepción forzada para las chicas que están dentro de los diferentes grupos armados, violencia contra niñas, etcétera». Además, recalca que esos abusos no vienen de una sola parte: «Eso se da por parte de todos los actores armados, legales e ilegales». Sin embargo, no queda ahí todo, ya que en países de post-conflicto, como es el caso de Guatemala, las agresiones van más allá: «Hay unas situaciones de violencia urbana y de inseguridad generalizadas en las que hay otras modalidades de violencia que empiezan a emerger y a manifestarse de manera muy alarmante, como es el caso de los feminicidios». Yolanda Aguilar apunta que el asesinato de mujeres, o feminicidio, «es un nivel macro de violencia contra las mujeres en donde se exacerban los niveles de violencia». Apunta que esta violencia de «último nivel», además, «está acompañada por un alto grado de impunidad por parte del Estado y la sociedad». Sólo en Guatemala, resalta, cerca de 650 mujeres han sido asesinadas en el último año, y en Colombia son ya más de mil las víctimas. Sin embargo, advierten de que no se sabe con seguridad si todos los casos responden a feminicidios, ya que desde los estados «no hay mucha atención» en este asunto, pero añaden que desde 2003 hasta la actualidad se han duplicado los asesinatos de mujeres en Guatemala. Aún así, Aguilar recalca que «hay que tener mucho ojo en situaciones de negociaciones de paz», porque en estos casos también se tiende a invisibilizar dicha violencia.
Impunidad activa y pasiva
Estas defensoras de los derechos de las mujeres no dudan al implicar a los estados. «El Estado tiene responsabilidad en todos los casos. En los casos de conflicto, por acción, porque son responsables de políticas de violación masiva, sistemática y pública en el caso de Guatemala. Pero también añaden en el caso de situaciones de post-conflicto, por omisión. Ya sea por hacer o por no hacer, el Estado es responsable de la seguridad de todos los ciudadanos y ciudadanas». Por ello están realizando esta visita, por «la presión que gobiernos como el navarro o el español puedan ejercer en favor de que se resuelvan conflictos como el de Colombia, y también para presionar a gobiernos como los de Guatemala y Perú para que trabajen en esclarecer este tipo de asesinatos». Sin embargo, apuntan otra cuestión de gran trascendencia, para la cual están intentando recabar apoyos, y es la creación de un poder judicial independiente en sus países, ya que «tenemos claro que hay muchos espacios controlados por poderes ocultos que contribuyen más a la guerra que a hacer justicia». Estas mujeres latinoamericanas han visitado Iruñea, Lizarra, Elizondo, Altsasu y otras localidades y se han reunido con representantes del Gobierno de Nafarroa, del Consistorio iruindarra y con otros muchos colectivos feministas, de quienes han recibido su apoyo. -
IRUÑEA
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