Auzitegi nazionala: nobela ala fikzioa?
Uda partean-edo argitaratu nahi dute Fernando Grande Marlaskak idatzitako liburua. Gidoia irakurtzeko aukera izan dutenen ustez, obraren kali- tatea punta-puntakoa ez bada ere, irakurtzeko zaletasuna bultzatzeko ezinbesteko erreferentzia izango da espainiar literaturan datorren urteotan. Hizkera arina, elkarrizketak eta bakarrizketak etengabe, sekuentzien txandaketa, erregistroen aniztasuna, errealitatea eta fikzioa... Elementu horiek guztiak eta Kafkak zabaldutako absurdoaren dikotomia oso ondo antzeman ditugu jadanik epaile polifazetiko honen luma dotorean. Dena den, liburuaren inguruan entzundako iritziak ez omen datoz bat generoari dagokionez. Batzuek antzerki itxura duela esan bitartean, beste batzuek saio tankera hartu diote: oso ondo dokumentatuta omen dago-eta. Polizia eleberri ukitua duenik ere badago, detektibeen lana oso garrantzitsua baita kapitulu guztietan. Hori horrela baldin bada, ea Edgar Allan Poek bere istorio harrigarrietan bezala Dupin detektibeak lagunduta ez bada, Arthur Conan Doyle-ren Sherlock Holmes-ek liburutzar honen bukaera korapilatsua askatzea lortzen duten, eta herri honen istorioko protagonistak kalean ikusten ditugun, nobela, fikzioa edo dena delako horren bukaera askok eta askok horrelakoxea izatea nahi baitugu.
Juan Luis Mugertza - Berango
¿Nuevas carceles?
A raíz de las últimas noticias en torno al centro penitenciario de Nanclares se impone la reflexión entorno a las macabras realidades que viven los presos en dicho recinto o en otros similares que existen o existirán si no cambia la sensibilidad social en la manera de percibir la ley, el orden y la justicia.Ahora que se ha abierto un océano de luz con la esperanza de próximas negociaciones que inunden definitivamente a este pueblo en la paz, ahora que se habla de penas, condenas y excarcelaciones, ahora que se tintarán las yemas de los dedos con palabras que chorrearan los periódicos, como preso, política y pacificación, más que nunca, es importante que no olvidemos la cárcel y los que en ella viven, se quedan y mueren, pues es ésta una realidad que, como demuestran los últimos acontecimientos, no podemos olvidar. No es demagogia afirmar que muchos que incumplen la ley, pero que están por encima de ella por su poder adquisitivo, mediático o de relaciones, jamás pisarán la cárcel. Tampoco se descubre nada nuevo si se dice que la pobreza y la marginalidad, como siempre de la mano, suponen un elevado factor de riesgo para contraer la patología del internamiento. Conociendo la nefasta capacidad de reinserción del sistema penitenciario español se presenta un grave pronóstico de difícil solución, demostrada además la ineficacia del tratamiento. Parecería una pesadilla pensar que hay que construir más cárceles y modernizar, aunque sólo sean las instalaciones, los penales existentes, para al menos, intentar evitar el hacinamiento y procurar unas mínimas condiciones de habitabilidad. Esta política cortoplacista y parcheadora no es más que una prórroga de este fracaso. Reclamar más justicia social no es un grito vano, no es descabellado tratar de que las oportunidades sean las mismas para todos, ofrecer otra oportunidad al que se equivoque, pensar que todos somos parecidos, que el mundo no se divide en buenos y malos. No hay que hacer malabarismos intelectuales para creerlo. Quizá sea un camino más largo, a mí me parece el único, aunque no tenga rendimientos electorales, ni portadas en los periódicos. La cárcel, en alguna medida, es reflejo de la sociedad que la produce, quizá, entre todos, podamos cambiar la dirección de la luz, hacer que la esperanza llegue también a quienes no tienen quien les reivindique. Ese debe ser nuestro compromiso y en la medida que lo cumplamos, todos saldrán ganando y todos seremos más libres.
Gorka Iriondo - Portavoz de Aralar en Araba
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