Rice y Straw visitan Irak para terminar de apear a Al Jaafari del Gobierno
Condoleezza Rice y Jack Straw, representantes de EEUU y Gran Bretaña, los promotores de la invasión y posterior ocupación de Irak, acudieron ayer al país árabe para, una vez más, organizarles su futuro Gobierno. Han pasado más de tres meses desde las elecciones y las fuerzas iraquíes no han conseguido ponerse de acuerdo para formar un Gobierno. Aunque dicen que la decisión está en manos del pueblo iraquí, ambos países occidentales están presionando para deshacerse del actual primer ministro en funciones, Ibrahim Al Jaafari. Mientras, el pueblo iraquí se desangra sin parar.
BAGDAD
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, y el secretario de Exteriores británico, Jack Straw, hicieron ayer una visita sorpresa a Bagdad para apremiar a los iraquíes para que formen un Gobierno. Las fuerzas iraquíes llevan más de tres meses de disputas políticas, mientras, en la calle, el ambiente entre las distintas comunidades que pueblan el país se deteriora sin cesar. Los líderes de las principales fuerzas ocupantes han pedido repetidamente a los políticos iraquíes que formen un Gobierno de unidad nacional, con la intención de evitar que estalle una guerra civil en el país que no puedan controlar. «Los apremiaremos para que concluyan las negociaciones», aseguró Rice en el avión en el que viajaba en compañía de Straw en dirección a Bagdad, al ser preguntada por el motivo de la visita. Los dos políticos se reunieron por separado con el presidente iraquí, Yalal Talabani, y con el primer ministro en funciones, Ibrahim Al Jaafari. Según un comunicado del Gabinete presidencial, el presidente Talabani contó a los dos enviados los detalles del proceso político iraquí y los progresos alcanzados para que el nuevo Gobierno «sea aceptado por todos los iraquíes». Talabani también informó a los visitantes de las negociaciones y de la decisión de formar un consejo político y un comité ministerial que gestione la seguridad nacional. La oficina de Jaafari emitió otro comunicado en el que explicó que discutieron «la evolución del proceso político y los obstáculos que éste afronta». Rice y Straw llegaron a Bagdad a primera hora de ayer, procedentes de Londres, en lo que de inmediato fue visto en Bagdad como un intento de presionar a los políticos iraquíes. Desde el punto de vista de los ocupantes, el principal escollo para el consenso entre los distintos grupos iraquíes es el nombre de Al Jaafari, que cuenta con el apoyo de Alianza Unida Iraquí (AUI), el grupo chií que tiene la mayoría en el Parlamento, pero al que se oponen todos los demás grupos parlamentarios (kurdos, suníes y chiíes laicos). De hecho, se vienen produciendo intensos debates entre los políticos iraquíes para buscar un posible sustituto de Jaafari que no sea visto como tan parcial (particularmente contra los suníes) y pueda así concitar el consenso. Al Jaafari ha sido acusado de permitir el clima de odio sectario que se vive en Irak, y en concreto de tolerar la existencia de «escuadrones de la muerte» de policías chiíes, responsables de la muerte de cientos de suníes. Hasta ahora, Al Jaafari se ha negado a retirar su candidatura y ha advertido de que solo lo hará «si así lo pide el pueblo iraquí».
El pueblo iraquí sigue desangrándose en las calles
BAGDAD El recuento de víctimas de ayer, a pesar de lo habitual de las cifras, seguía siendo espeluznante. Al menos cinco civiles iraquíes, entre ellos tres niños, murieron ayer en la ciudad de Ramadi, en el oeste de Irak, según informaron fuentes policiales iraquíes. Las cinco víctimas fallecieron en un intercambio de fuego entre las tropas estadounidenses y un grupo de hombres armados en la ciudad, a 100 kilómetros de Bagdad. Otras seis personas murieron por la explosión de una bomba en el sur de Bagdad, mientras que otras dos fallecieron por disparos de las tropas ocupantes en una región al sudeste de la ciudad petrolera de Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad. Otras cuatro personas fallecieron en la provincia de Salah el din. La Policía también informó del hallazgo de cerca de 40 cadáveres en varios barrios de Bagdad. Un portavoz policial dijo que los cadáveres estaban con las manos atadas y presentaban impactos de bala en la cabeza o el pecho, lo que les hace pensar que pueden ser víctimas de la ola de enfrentamientos entre musulmanes suníes y chiíes. Asimismo, diez presuntos rebeldes murieron en distintas partes del país. Según la versión policial, entre ellos seis supuestamente preparaban una bomba y murieron por la explosión accidental del artefacto. Mientras tanto, un comunicado del mando militar estadounidense informó ayer de que cuatro soldados de EEUU murieron en tres operaciones separadas en el centro, oeste y norte de Irak. Estados Unidos considera que el helicóptero fue
abatido
El Ejército estadounidense considera que el helicóptero que el sábado se estrelló en una zona del sur de Bagdad cayó «como resultado del fuego enemigo», y dio a sus dos ocupantes por muertos. En un comunicado hecho público ayer, el Ejército dice que «continúan las tareas de búsqueda» de los dos pilotos o de sus cadáveres, perdidos tras la caída del helicóptero, modelo “AH-64D Apache Longbow” en la zona de Yusufiya, a una treintena de kilómetros al sur de Bagdad. -
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