BAGDAD
El primer ministro iraquí, Ibrahim al Jaafari, señaló en una entrevista publicada ayer en un diario británico que se presentará a un segundo mandato, mientras que varios dirigentes iraquíes señalaron que tal vez el Parlamento debería decidir su futuro y poner así fin al punto muerto en que se encuentra la formación de un nuevo gobierno títere en Irak.
Sin embargo, responsables chiíes indicaron que se mostraban reacios a llevar el caso ante el Parlamento hasta que se llegue a un acuerdo entre todos los partidos, incluido un pacto sobre quién será el próximo presidente.
La semana pasada, altos funcionarios chiíes revelaron que el presidente de EEUU, George W. Bush, se oponía directamente a la designación de Al Jaafari. Para hacerselo saber al propio Al Jaafari, Condoleezza Rice y Jack Straw se reunieron con él en Bagdad
Las conversaciones sobre un nuevo gobierno de «unidad nacional» se estancaron después de que políticos suníes y kurdos adelantaran que no aceptarán a Al Jaafari, al que acusan de permitir desde el Ministerio del Interior el funcionamiento de escuadrones de la muerte.
Al Jaafari declaró al diario liberal “The Guardian” que había rechazado las solicitudes para que abandone su idea de presentarse a un segundo mandato, ya que su intención es «proteger la democracia en Irak». «Existe una decisión que fue alcanzada mediante un mecanismo democrático y yo la defiendo. Debemos respetar a nuestro pueblo iraquí», anotó.
La Alianza Unida Iraquí (AUI) optó por Al Jaafari como su candidato a jefe de Gobierno en una votación interna, con un solo voto de ventaja sobre Adel Abdel Mahdi, el otro aspirante al cargo. Al Jaafari ganó porque contó con el apoyo del cada vez más influyente clérigo chií Moqtada al Sadr,
Mahdi, por su parte, en una entrevista con la BBC, afirmó que se había reunido con Al Jaafari el lunes y que le había pedido que no se presentase para poner fin al punto muerto actual. No aceptó.