Tu Bi-Shvat o el Año Nuevo de los Árboles es una fiesta que se celebra «cuando el invierno todavía nos mantiene las manos frías, cuando el invierno llega a Israel», tal y como explicaba el presidente de la Asociación Cultural Israelita de Baiona y Biarritz, el señor Soulem. Se celebró el pasado 19 de febrero y, como ocurre en las grandes fiestas, toda la comunidad judía de Baiona y de los alrededores se reunió para festejar este momento en la sinagoga.Al igual que ocurre en las iglesias, la sinagoga de Baiona también se llena en las fiestas importantes. En fechas como éstas se reúnen todas las familias en el gran edificio blanco de la calle Maubec, pero el resto del año sólo una veintena de personas acuden a los servicios ofrecidos por el rabino. La comunidad judía de Ipar Euskal Herria está disminuyendo por razones sociales que no están relacionadas con su comunidad. Por un lado, muchos jóvenes se van a trabajar a las grandes ciudades, y por otra parte son cada vez más comunes los matrimonios mixtos que dificultan el mantenimiento de la cultura israelita.
La sinagoga se encuentra en la calle Maubec y no es casualidad, ya que tanto la calle como el barrio de Santo Espíritu lo crearon los judíos a los que en un principio no se les dejaba vivir dentro de las murallas de Baiona, que se encuentran al otro lado del río Aturri.
En este barrio viven personas con historias bastante singulares, como es el caso de Jacqueline Pinède. Se trata de una dama de 80 años que siempre ha vivido en Santo Espíritu y en su árbol genealógico sólo se ecuentran judíos que vivían en el barrio. En su genealogía aparecen prácticamente todos los nombres judíos hispánicos que se podían encontrar a ese lado del Aturri. Su historia es muy dolorosa, ya que cuando ella era joven su padre quiso huir de Baiona y se refugiaron en otra ciudad, pero toda la familia excepto ella murieron allí.
Además de las personas, también los lugares recuerdan la historia de Baiona y el lugar que tuvieron los judíos en ella. En Santo Espíritu sigue habiendo una farmacia en el mismo lugar en donde estuvo la botica de la familia Silva durante generaciones. Hoy en día la farmacia no es de la familia, pero se encuentra en el mismo lugar desde hace cuatro siglos.
Documental
Para conocer mejor la historia de los judíos en Ipar EuskalHerria, en el Museo Vasco de Baiona se puede ver y adquirir el documental que hizo sobre el tema la periodista Anne-Marie Galé. El trabajo, titulado «Baiona y los hijos de Judá», ganó el premio de Eusko Ikaskuntza. Judá era una tribu real que primero se asentó en la Península Ibérica y luego en Baiona.
Tras ser expulsados de la Península, los judíos fueron llegando a Baiona durante el siglo XVI y al principio fueron muy bien acogidos, aunque fuesen de otra religión. Pero en el siglo XVIII, que «a priori» fue el siglo de las luces, en Baiona fue una época oscura en la que los judíos tuvieron que luchar por mantener su lugar. Los mercaderes consiguieron cambiar un poco la ley sirviéndose de la religión. Pero este ataque no consiguió hacerles mucho daño, ya que gente importante de la ciudad salió en defensa de la comunidad judía, aunque seguían sin tener derecho a vivir dentro de las murallas de la ciudad.
En el siglo XIX les permitieron cruzar el puente y se establecieron en Baiona. La revolución de 1789 otorgó a los israelitas los mismos derechos que al resto de los ciudadanos y se convirtieron en grandes banqueros y mercaderes. Se convirtieron en gente respetable y construyeron varios edificios representativos de la ciudad, como la estación de tren o el instituto Marraq. Poca gente sabe que este último edificio fue construido por un alcalde de Baiona que fue judío y que se llamaba Austo Furtado.
La Segunda Guerra Mundial fue un gran golpe para la comunidad en toda Europa, y como consecuencia de ello el número de mercaderes y comerciantes judíos descendió notoriamente. En los años 60 llegó una nueva congregación de judíos del norte de Africa, después de la guerra de Argelia.
Baiona fue la ciudad desde donde se expandió el secreto del chocolate a través de Europa. Cuando los judíos llegaron de la Península Ibérica después de que los Reyes Católicos les expulsaran, se desplazaron a Baiona y llevaron consigo el saber del cacao. Tras haber sido mercaderes en los reinos que estaban en contacto con los indígenas que trabajaban el cacao, cuando se establecieron en Baiona sabían muy bien dónde encontrar los granos de cacao y cómo hacer el comercio con América del Sur y el Mediterráneo.
Al llegar a Baiona no olvidaron todo el saber, y como eran mercaderes continuaron con las relaciones comerciales y empezarona hacer chocolate en la ciudad. Enseñaron a trabajar el cacao a algunos maestros confiteros de la zona, y en los siglos XVI y XVII Baiona fue la primera ciudad del Estado francés en hacer chocolate y desde donde se extendió a través de Europa.
En el siglo XVIII el puerto de Baiona era un lugar estratégico de gran importancia. Estaba a las puertas de Euskal Herria, con una ventana al mar y otra hacia las Landas y el Bearne. El bloque continental que estableció Napoleón fue lo que hizo que el puerto de Baiona decayese, y durante ese siglo la mayoría de los judíos se marcharon. La mayoría de ellos vivían del comercio y cuando el puerto de Baiona, se convirtió en un puerto demasiado pequeño, se fueron marchando hacia Burdeos, Londres o Amsterdam.
Aunque la de Baiona fue la mayor comunidad de israelitas dentro de Ipar Euskal Herria, también se establecieron en Biarritz o en pueblos como Bastida o Bidaxune. En Biarritz se instalaron cuando consideraron que estaban demasiados en Baiona, pero el caso de Bidaxune fue especial; se instalaron allí porque era un principado en donde se les acogió sin pedirles nada a cambio. -
BAIONA
La comunidad judía también jugó un destacado papel en Gasteiz. Esta logró convivir durante varios siglos con cristianos y musulmanes en la colina de la ciudad, hasta que los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos allá por el año 1492. Su importancia era tal que incluso existía una calle llamada Judería, concretamente, la que hoy en día se conoce como Nueva Fuera. El cambio de denominación se produjo como consecuencia de dicha expulsión en el siglo XV. Las referencias de esta comunidad, no obstante, se conservan actualmente. La más significativa es el nombre del barrio Judimendi, “monte de judíos”, zona situada al este de la ciudad, en la que la comunidad sefardí tuvo ubicado su cementerio. Tras su expulsión, los judíos otorgaron su cesión a las autoridades locales de la época con la única condición de que nunca se edificaría ni labraría este terreno sagrado.
La escultura “Convivencia”, obra de la artista israelí Yael Artsi, recuerda hoy en día esta parte de la historia de Gasteiz en el parque de Judimendi, al igual que anteriormente lo hizo un monolito. Está compuesta por un libro de marmol de Hebrón, un yunque y un anillo.
Azkainen ere juduen
aztarnak etxe batean
Ipar Euskal Herriko juduen komunitate handiez gain, familia bakar batzuk beste herrietan bizi izan ziren. Horren adierazle dira Azkain erdialdean dagoen Luberria etxeko bihitegian ikus daitezkeen sinboloak. 1669an sortu zen etxe horretako historiari begiratuta ez dira izen juduak agertzen jabeen zerrendan; euskaldunak dira guztiak, baina teilapeko egurretan grabatuak dauden sinboloek ez dute zalantzarik uzten. Erlijioa gordeka praktikatu behar zen garai batekoak direla suposatzen dute gaur egungo biztanleek, grabatuen tokiari erreparatuta.