Maite Soroa
Nervios tras el Aberri Eguna
Una tiene razones para mostrarse optimista con relación a la política. Y, sin embargo, Pedro J. Ramírez nos ofrece una visión particular. Y es que, según Ramírez, «es obvio que tanto los nacionalistas vascos como Batasuna intentan obtener un rédito político del ‘alto el fuego’ de ETA, en la mejor tradición de ‘recoger las nueces’. Y es también evidente que existe un movimiento nada subterráneo en el que EA intenta acercarse a Batasuna el discurso radical de Begoña Errazti así lo indica para liderar la vanguardia política vasca durante el ‘proceso de paz’. Esta sensación de que los nacionalistas y los proetarras están crecidos produce la lógica inquietud en la opinión pública». Miro a mi alrededor, y no veo inquieto a casi nadie. En su compañía andan “El Correo Español” y “El Diario Vasco”, que ayer insertaban un editorial muy clarificador respecto de las posiciones de la derechona actual. Reconocía el editorialista que «las formaciones abertzales ostentan una amplia representación política de la ciudadanía en el País Vasco. Son a la vez la causa y el efecto de que miles de mujeres y de hombres consideren que Euskadi o Euskal Herria es una nación; una voluntad colectiva demandante de derechos no recono-cidos del todo en el actual marco estatutario y constitucional (...) la democracia permite e invita al reconocimiento de esa forma de pensar». ¡Qué generosidad! En el anverso de la moneda, el matute: «Pero,
igualmente, la democracia exige al nacionalismo el reconocimiento de una
realidad diversa y de un ánimo pluralista como el rasgo más común a la
ciudadanía vasca. La democracia no puede erigirse sobre la censura de uno u otro
pensamiento político. Pero sí supone un ejercicio permanente de renuncia. En
este caso, de supeditación de lo que los abertzales denominan 'construcción
nacional' a la construcción institucional y política que requiere una sociedad
libre». ¿Cuándo dirán que el españolismo tiene que renunciar a imponer su
modelo, minoritario, frente a la opción por la autodeterminación, mayoritaria?
Y, claro, la demanda de reconocimiento de Euskal Herria y de sus derechos «son
las aristas que el nacionalismo más soberanista ofrece como dificultad añadida
al siempre complicado diálogo político en el País Vasco. Aristas que obligan
tanto a las formaciones no nacionalistas como al PNV de Imaz a administrar los
tiempos frente a los más radicales que demandan la puesta en marcha urgente de
la Mesa de la Resolución». Están fuera del tiempo. - msoroa@gara.net
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