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- Nuevo hito de la escalada vasca -
Josune Bereziartu se supera con un 8b+ a vista
·Con Hidrofobia, logra el máximo grado femenino mundial en ese estilo
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DONOSTIA
Josune Bereziartu ya se ha montado al carro del 8b+ a vista. Ha entrado por la puerta grande en el selectivo y privilegiado grupo que sentaba sus bases en ese grado y en el estilo del único intento y sin intentos previos. Un grupo que hasta el pasado día 4 sólo contaba con la presencia del signo masculino.Pero a estos, cómo no, no les ha quedado otro remedio que acomodar otro sillón al sexo opuesto. Y la primera en tener tal honor ha sido la escaladora guipuzcoana. Ya lo venía avisando el año pasado: «Estoy muy a gusto y motivada escalando a vista». Cerraba la temporada 2005 con dos 8b-s en un estilo que también le va a las mil maravillas. Mientras que en Vadiello, Huesca, se hacía con Fuente de Energía; en la escuela francesa de Ventoux se embolsaba La Reserve. Dos sobresalientes toques de atención, presagio de lo que iba a llegar en el 2006. La beasaindarra, siempre acompañada de su compañero Rikar Otegi, arribaba hace un par de semanas a la estética escuela catalana de Montsant. No había dudas, el objetivo era escalar a vista, siempre con el 8b+ en la mira telescópica. Para ello, la pareja de escaladores, apenas con algunos días de descanso durante estos últimos meses, cambió la planificación de los entrenamientos. No descuidaban la fuerza, pero sabían que para este estilo trabajar la resistencia larga iba a ser el quid de la cuestión. Para este «viaje del a vista», Bereziartu ha invertido un sinfín de horas de trabajo: «Estoy entusiasmada y motivada con el a vista, y este estilo me llena un montón. Me aíslo de este galimatías en el que estoy atrapada y, aunque el a vista no es como antes, me apetece un montón. No lo pongo al mismo nivel que la escalada a intentos; el a vista es más una cuestión personal».
«Resistencia pura y dura»
Llegaba el 4 de abril, y la escaladora se ponía ante el gran trekking de la vía Hidrofobia. Un muro de nada más y nada menos 50 metros, repletos de agujeros en los que hay que saber acertar. Una primera parte de 8a, otra de 8a+... y un final de aguante. Es decir, entre medio ningún paso aleatorio, de bloque o de ñapa salvaje. Sobre la línea elegida habla para GARA la propia protagonista: «Resistencia pura y dura. Hay que tener mucha paciencia, ya que no sabes lo que te queda por delante. Es muy psicológica y te haces la siguiente pregunta: ¿cómo voy a aguantar? Es pillar el truco a los agujeros, mirar mucho y acertar con los buenos. Además, cuando la escalé no había signos de magnesio ni clecas; mientras estuvimos allí nadie la probó. No es una escalada superdifícil, no necesitas el poderío del plafón. Me costó, pero al final salió muy bien».Tras casi una hora de escalada, Bereziartu llegaba a la cadena. Con Hidrofobia entraba en la esfera del 8b+ a vista, el primero conseguido por una mujer en el mundo. Cuatro días después, y a unos metros de la citada vía, estuvo a punto de redondear su sobresaliente actividad con otro 8b+ en el mismo estilo, pero falló en los últimos metros. El que no falló, también a vista, en esa ruta abierta por el escalador Santacatalina fue su compañero Otegi; éste también se hizo con Hidrofobia en el mismo estilo.
La enorme importancia del a vista
DONOSTIA A pesar de que la Josune Bereziartu haya realizado cosas muy interesantes en el a vista, la mayoría de los lectores le conocen por sus encadenamientos en el trabajado, es decir, en el estilo de escalada que se basa en los pegues o intentos a la vía. Si llegar al 9a/a+ y poder codearse con la crème de la crème de los musculitos es más que un honor, subirse al 8b+ a vista supone entrar en otro estadio. Es la primera escaladora en abrir esa difícil barrera, la misma que fueron capaces de hacerlo titanes como Sharma, Brenna, McClure, Ramonet, Marín, Usobiaga, Mrazek e Hirayama entre otros; estos tres últimos ya en el 8c. Sí, el a vista y si es con ética y dignidad mucho mejor es uno de los estilos que podríamos definir, sin ningún tipo de dudas, como los de verdad. La mecánica es bien sencilla, pero un final con éxito enormemente complicado. Te presentas bajo la vía, le echas un rápido vistazo y para arriba. Sin más florituras ni especulaciones. Cuesta y mucho escalar en ese estilo. Además, muchas veces es de los que duele; un simple fallo y adiós al a vista. Por eso, la guipuzcoana ha escrito una vez más un capítulo de oro en la historia de la escalada deportiva mundial. Y con esta, ya van unas cuantas.
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