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Gara > Idatzia > Iritzia > Gutunak 2006-04-28
Carcel, dispersi�n y cultura

Las culturas minoritarias se sienten desplazadas en un mundo globalizado que, por estar social y pol�ticamente estructurado de manera asim�trica, no puede dar a todas un espacio de igualdad. Consecuencia de ello, las culturas que no son dominan- tes, como es la vasca, se ven condenadas a luchar por su propia supervivencia si no quieren desaparecer como tal. De esta sociedad desigual en la que las reglas son definidas por los que se encuentran arriba, nacen la exclusi�n y sus manifestaciones. Las culturas son formaciones hist�ricas y sus tradiciones se trasmiten y se aprenden mediante todo un complejo conjunto de pr�cticas sociales. La cultura no se hereda, se trasmite b�sicamente mediante el aprendizaje social en la familia, la escuela, los centros de trabajo, la fiesta, etc. Sin tradici�n no hay cultura, pues �sta supone memoria y experiencias comunes. Las culturas no pueden llegar a ser tales sin generar tradici�n, tradici�n de vida diaria, ling��stica, pol�tica... en suma, una forma de ser y de comunicarnos entre nosotros y el entorno.

Pero las personas que est�n exiliadas o en la c�rcel por motivos pol�ticos, como son los presos y presas vascos, se encuentran en una situaci�n casi al final de un proceso de exclusi�n pol�tica y cultural, totalmente desplazadas de su entorno natural, que les alimentaba y les complementaba como personas. Esta ruptura de v�nculos representa el deshilachamiento de las relaciones entre el conjunto de Euskal Herria y los presos y presas en el Estado espa�ol y en el exilio.

La pol�tica de dispersi�n practicada en los �ltimos a�os ha agrandado ese proceso de exclusi�n pol�tica y cultural con el colectivo de presos y presas vascos, adem�s de suponer un castigo a�adido a su condici�n de reclusos. Tambi�n ha tra�do para familiares y allegados otras terribles consecuencias, como son los ingentes gastos econ�micos, p�rdidas de vidas en accidentes, p�rdida de horas, energ�as...

Esta inhumana realidad debe terminar ya, y desde Orreaga Fundazioa pedimos que el colectivo de presos y presas vascos sean acercados a su lugar de origen y participen junto con el resto de la sociedad en el inicio del ilusionante y esperanzador momento pol�tico que estamos viviendo en Euskal Herria.

Nekane P�rez Salvatierra - Iru�ea



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Enterad�simo Miguel Sanz, te propongo un reto: repetir conectado a un detector de mentiras las declaraciones en las que asegurabas saber qui�n ha ordenado la quema de la ferreter�a de Bara�ain. Pero con una condici�n: que los ingenieros que fabriquen el detector de mentiras no sean los mismos superagentes que te han proporcionado la informaci�n. Si es que lo han hecho...

Gorka Vales Aristu - Iru�ea


 
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