BARCELONA
La decisión de la ejecutiva de ERC de propugnar el voto nulo en el referéndum del Estatut ha generado duras críticas en la oposición en Catalunya y también entre sus socios de gobierno, PSC e ICV, que creen que el voto nulo aporta dificultades al tripartito pero no cuestiona su continuidad.
Después de una larga reunión, la ejecutiva de ERC decidió ayer pedir a los catalanes un «voto nulo político» en el referéndum, aunque ha admitido como legítimas otras «formas críticas» al texto estatutario, como el «no» o el voto en blanco.
La decisión de la ejecutiva de Esquerra, adoptada con el voto favorable de todos sus miembros, menos dos abstenciones de los representantes de las juventudes JERC, que propugnan el «no», deberá ser ratificada el 6 de mayo por el Consell Nacional de este partido, tras ser consultadas las asambleas territoriales de militantes el próximo martes.
En la resolución aprobada, ERC reconoce la existencia de «avances parciales» en el nuevo Estatut en comparación con el de 1979, pero también subraya «el alejamiento evidente» con respecto al texto que aprobó el Parlamento catalán el 30 de setiembre, con el apoyo del 90% de los parlamentarios, hasta el punto de haber quedado «desvirtuado, desfigurado y muy alejado de las necesidades reales de la sociedad catalana».
Asimismo, la ejecutiva de ERC asegura que este referéndum es sólo «un instrumento táctico» que no sustituye ni elimina el objetivo estratégico de la formación de conseguir la independencia y un Estado propio para Catalunya.
La posición del partido republicano ha motivado la crítica del primer secretario del PSC, José Montilla, que ha calificado de «inmadura y propia de un partido extraparlamentario» la decisión de ERC, al tiempo que ha añadido que esta postura «no facilita» la continuidad del tripartito, aunque no lo condiciona. En este sentido, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, ha lamentado la posición de Esquerra, aunque ha dicho que lo que afectaría al tripartito «sería que se produjese un voto negativo, porque no entenderíamos gobernar con un partido que se hubiera opuesto al aumento de autogobierno que va a suponer el Estatut». El president, Pasqual Maragall, no quiso mencionar explícitamente a la formación de Carod. Afirmó que Catalunya «ganará el debate identitario» porque la ciudadanía «no se dejará engañar» ni por los que dicen «no» al Estatut «con la boca llena», ni por aquellos que apuestan por el «no» «con la boca pequeña», en referencia a ERC.
El president expresó su convencimiento de que Catalunya «ganará el debate identitario» antes de iniciar una «segunda fase de la gobernación» en la que la obra de gobierno primará en la escena política, por lo que implícitamente también expresó su deseo de seguir gobernando con el tripartito pese a la actitud de ERC en el referéndum estatutario.
Por su parte, la portavoz de ICV, Dolors Camats, opina que la decisión de ERC supone «hacer el juego al PP», aunque ha añadido que no cree que esta decisión cuestione la continuidad del tripartito. El vicepresidente de ICV, Jaume Bosch, sostiene que «a pesar de que supone un problema para el tripartito, sería absurdo negarlo, pensamos que en este momento se dan las condiciones para que ERC continúe en el gobierno».
BARCELONA
La oposición catalana aprovechó la decisión republicana para tratar de desestabilizar al Govern. Desde las filas de CiU, su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida, resaltó la «inmadurez y el oportunismo político» de ERC al optar por el «voto nulo político» en el referéndum y admitir otras «formas críticas», y consideró «insostenible» su continuidad en el Govern, aunque los socios de ERC no comparten esta idea.
En la misma línea, el presidente del PP de Catalunya, Josep Piqué, calificó de «incongruente en términos políticos» la decisión de ERC. Añadió que «la única justificación es que están dispuestos a hacer cualquier cosa para poder seguir disfrutando, por lo menos algunos de sus dirigentes, de las mieles del gobierno tripartito».
Paralelamente, la ponencia que en el Senado debate el texto del nuevo Estatut se reunió ayer para discutir las enmiendas presentadas por los grupos, la mayoría de ellas firmadas por el PP y ERC.