El género importa. Y mucho. Nadie pone en duda que una mujer conduzca un informativo, que modere un debate, que anuncie productos financieros o que sea realizadora de una serie. Esto está asumido desde hace tiempo, no hace falta que llegue una magnífica señora como María Teresa Fernández de la Vega para convencer al sistema y a la industia. Lo que ha costado años es entender que las mujeres sirven para conducir un pograma de noche, como está demostrando Eva Hache de una manera tan eficaz que, al menos en mi caso, es la opción que más me pone.

Es más, hay serias dudas sobre el humor femenino. O mejor dicho, del humor a través de mujeres. La tradición ha sido siempre masculina. El el siglo de oro los personajes de risa siempre eran masculinos, posteriomente se introdujo el personaje de la mucama graciosa. La televisión única de la mitad del siglo XX instauró a la chacha graciosa y rolliza como parte de la nómina de toda serie o programa.

Recordemos que hace unos quinquenios Rosa Mara Sardá tuvo un espacio estelar de humor con ella como eje central. Y funcionaba. Son siempre excepciones. En los últimos tiempos, gracias a los monólogos se ha ido descubriendo a actrices o comunicadoras capaces de hacer humor con la misma eficacia, o mayor, que los varones. Pero siguen siendo pocas y excepcionales. Por lo que la llegada del programa “Odiosas” no hace nada más que abundar en la disfunción teórica de que el humor casa mal con el género femenino como ejecutante.

En este caso el asunto toma otras derivaciones en el análisis porque se trata de hacer descaradamente una versión con actrices del “Caiga Quien Caiga”, pero claro, el casting se ha hecho pensando en la imagen y no en el contenido. No se trata solamente de guiones o de provocar situaciones más o menos paradójicas, sino de cómo se resuelven, del talento, de la rapidez de cada corresponsal. La sátira con el micrófono en la mano ya la practicó hace tiempo Patricia Conde en “El informal”. Estas chicas de ahora no tienen gracia. Estamos, pues, ante un nuevo fracaso de TVE. La idea no era mala del todo, pero su puesta en pantalla es bastante floja. Sofres no entiende de géneros.-