RACING 2
OSASUNA 1
IRUÑEA
Sólo veinticinco minutos le duró a Osasuna la ilusión de verse como equipo de Champions la temporada que viene. Los que transcurrieron entre el gol que anotó Milosevic en el 55 y que ponía todo de cara a los rojillos y la debacle organizativa que se adueñó del equipo en el último cuarto de hora de partido, provocando la voltereta de un Racing que parecía desahuciado.Nada que decir a los cambios que Aguirre realizó en el descanso, dando entrada a Moha por un renqueante Delporte, que se resintió de la lesión muscular que ya le tuvo apartado de los terrenos de juego hace unas semanas, y en el relevo de un acelerado Josetxo pudo ver la segunda amarilla en una mano casi al final de la primera mitad por Miguel Flaño.
Pero sí y mucho a la alternativa de Sosa por Webó. No parece casualidad que la entrada del uruguayo (m. 75) coincidiera con el bajón de la escuadra navarra. Si bien es cierto que el camerunés había trabajado mucho y bien, con el consiguiente desgaste físico por su parte, no lo es menos que en el banquillo el técnico mexicano disponía de hombres con un mayor ritmo de partidos como, por ejemplo, Raúl García.
De hecho, el pivote sudamericano demostraría sus carencias a los cinco minutos de estar en el campo, en la jugada que desencadenaría la cadena de catástrofes. En lugar de despejar a la primera el paradón que le había realizado Ricardo a Jonathan, Sosa intentó controlar el esférico, sin éxito, dentro del área y trabó a continuación a un correoso Matabuena, que ya le había robado la cartera.
Penalti, revulsivo local
El Racing no materializó la inmejorable oportunidad de una pena máxima, pero este lance sí consiguió descentrar la hasta entonces impecable seguridad defensiva de los navarros. Estos, que no habían acabado de felicitar al guardameta madrileño, se vieron sorprendidos por el posterior corner, en el que no fijaron la marca al recién entrado Alfaro, y confirmaron la maldición de las jugadas de estrategia, que en esta ocasión les costó muy cara a los rojillos.
A partir de ahí, los necesitados locales creyeron más en la victoria, algo que, a decir verdad, fue la tónica de la mayor parte del partido. La zaga osasunista se transformó en un flan y la mala suerte se volvió a cebar precisamente con quien más entonado estaba. En las piernas de Krutxaga, que ya había errado ante el Málaga, rebotó el esférico despejado por Ricardo a tiro de Damiá, y que cayó a los pies de Antoñito quien, libre de marca Izquierdo estaba a varios metros, lo alojó en las redes.Esta vez no sirvió el juego rácano o efectivo habrá quien lo considere de una manera u otra que dio sus frutos en el Carranza o Son Moix. El encuentro de ayer discurrió en parecidos términos a los de anteriores jornadas e incluso llegó a ilusionar con un resultado positivo cuando el máximo goleador rojillo consiguió su décimo tanto, pero la dosis de fortuna se esfumó ayer para los de Javier Aguirre.
Osasuna tuvo en sus manos la clasificación matemática para la Champions, pero no supo administrarla y vio cómo en diez minutos todas sus opciones se trasladaban a un cara o cruz que le enfrentará todavía no se sabe muy bien si este domingo o el siguiente al peligroso Valencia.
Un duelo que se las trae porque los chés viajarán a Iruñea con dos acicates importantes: el primero, apurar sus posibilidades de acceder a la segunda plaza, que pasan por conseguir los tres puntos en El Sadar y esperar a que el Real Madrid no gane al Sevilla; y la segunda, que su delantero estrella, David Villa, sume más goles para superar en el Pichichi a Eto´o.
Ricardo
. Más no pudo hacer el guardameta rojillo. Paró un penalti y varias claras ocasiones de los cántabros, pero no se le puede pedir que solucione los errores de otros.Izquierdo. No estuvo muy colocado en el gol de Antoñito. No se complicó la vida y alternó aciertos con fallos.
Krutxaga. De no ser por el rebote que supuso el 2-1, la actuación del de Ezkaroze podría haber sido calificada de notable.
Josetxo. Muy nervioso y acelerado, estuvo a punto de ver la segunda amarilla. Fue un acierto su cambio en el descanso.
Corrales. Estuvo más pendiente de defender que de atacar y provocó algún que otro mal despeje (50´).
Puñal. Apenas circuló el balón por sus pies, algo necesario para que el equipo carbure. Vitolo y Matabuena consiguieron tapar a los pivotes.
Muñoz. Intentó un empalme imposible en la segunda parte, pero se echó en falta su llegada, maniatado por la telaraña racinguista.
David López . Pasó desapercibido en la primera mitad, pero dejó un destello de su calidad en el pase del gol a Milosevic. En su debe, que no tuvo continuidad.
Delporte. Se le echó en falta en la segunda parte. Su lesión puede ser de gran trascendencia ante el Valencia. El francés puso los mejores pases.
Milosevic. Volvió a demostrar su oportunismo e incluso lo intentó de falta, aunque no tuvo acierto.
Webó. Peleó muy solo en la delantera. Bregó un montón, pero, sin apoyos, apenas se puede materializar su labor.
