Las empresas estadounidenses están presionando contra la puesta en marcha de la la política de control de las sustancias químicas del programa REACH de la Unión Europea para la segunda lectura que tiene que validar el Parlamento europeo. El próximo 29 de junio el Consejo de Competitividad de la UE adoptará oficialmente una posición. La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo votará el 24 de octubre, en segunda lectura, la directiva. Después el Parlamento tomará de nuevo la palabra y se espera que a finales de 2006 se apruebe la segunda lectura en el Consejo Europeo y se adopte finalmente la directiva que restringe el uso de los productos químicos que no estén debidamente comprobados y analizados.
Las empresas de Estados Unidos indican que el establecimiento de un registro de productos, cuya seguridad y efectos sobre la salud se deberá comprobar, supone crear «un efecto de lista negra», por lo que temen que las organizaciones que trabajan por una mejora en la salud y del Medio Ambiente «las excluyan del mercado antes de que las sustancias estén evaluadas».
Lo que está claro es que la presión de la industria química es muy fuerte en este tema. El Parlamento europeo aprobó el REACHpara 30.000 productos químicos de 100.000 que existen en el mercado. La iniciativa de control reconoce que muchos productos «son muy peligrosos para la salud humana».
Estos productos son los que causan cánceres, cambios genéticos, problemas de reproducción, que se acumulan en el cuerpo humano perjudicando la salud de las personas y, sobre todo, de los trabajadores que operan con los mismos.
Salud de los trabajadores
La normativa europea preserva, en principio, la salud de los trabajadores. No obstante, algunas organizaciones consideran que el control de 30.000 productos químicos es insuficiente, porque todas aquellas cantidades producidas por debajo de una tonelada no deben pasar por el registro y control.
No obstante, el texto que regoe el reglamento del REACH aprobado en primera lectura ha desatado una presión de los grandes lobbys europeos para conseguir que el control se reduzca más.
En este caso hay que tener en cuenta que las empresas europeas producen el 31% de los productos químicos mundiales. Estados Unidos, el 28%. En Europa emplea a 1,7 millones de trabajadores de forma directa y a otros tres millones de manera indirecta. La legislación actual sobre sustancias químicas no obliga al conocimiento real de las propiedades y la utilización de la sustancia, por lo que ni el trabajador está seguro en su puesto de trabajo, porque no sabe qué está manipulando en realidad, ni tampoco es garantía de seguridad para la población, que utiliza muchos de esos productos, ni para el Medio Ambiente.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos ha mostrado su oposición a la elaboración y evaluación del riesgo químico, como recoge la iniciativa REACH. «La simple publicación de la lista matiza tendrá un efecto negativo para las empresas y causará perturbaciones comerciales masivas antes, incluso, de que se evalúe su posible toxicidad». Desde el ámbito sindical se recuerda que «la presión de Estados Unidos no es nueva. Lo que hay que estar es vigilantes para que en el seno de las instituciones europeas, tanto en el Consejo como en el Parlamento, se apruebe en segunda lectura la iniciativa del REACH, para que los trabajadores y la población puedan estar, con las limitaciones de esa normativa, más seguros en el trabajo y en sus casas».
Entre los peligtros de los productos químicos está constatado el riesgo de cáncer para los trabajadores expuestos a determinados elementos. Por ese motivo, quienes trabajar en contacto con los mismos deben exigir controles y evaluaciones periódicas de la salud, además de trabajar con las garantía de seguridad. -
BILBO