Decenas de miembros y simpatizantes del Partido Carlista celebraron ayer una nueva edición de Montejurra. Este año, además, se cumplían 30 años de la muerte de Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez por parte de grupos fascistas amparados por el Gobierno de la época, con Manuel Fraga de ministro.

En la edición de ayer, además, hubo que cambiar el escenario habitual donde los carlistas se unen cada año, porque en la campa han plantado árboles y han colocado una alambrada. «Los que han decidido hacer esta repoblación son los mismos que no tienen ningún reparo para llevar a cabo desastres ecológicos en Itoiz o Yesa o bombardear las Bardenas», denunció el secretario general federal del Partido Carlista en su intervención en la fuente la Tejería de Aiegi.

Tras los actos previos del sábado, entre los que destaca la concentración que se llevó a cabo en Lizarra en recuerdo a García Pellejero y Jiménez, el programa de Montejurra 2006 comenzaba con el Via Crucis. Esta marcha, que comienza desde el repetidor instalado en la falda del monte, se realiza en memoria de los combatientes carlistas que lucharon en defensa de los fueros en el siglo XIX y también de los muertos en los sucesos de 1976.

«Aquí fue donde quemamos los ejemplares de ‘El Alcázar’ [el periódico fascista que se repartía gratuitamente entre los asistentesa la edición de 1976]», explicaba un carlista a los compañeros con los que se dirigía a la primera estación del Via Crucis.

Germán Barandalla, un veterano militante carlista, esuno de los que nunca falta a la cita de Montejurra. Su avanzada edad le impide subir hasta la cima del monte, pero insiste en acompañar a los que realizan el Via Crucis al menos una o dos estaciones.

Este año se quedó en la segunda cruz. Tras la preceptiva oración, con lágrimas en los ojos por la emoción, se vio obligado a optar por dar la vuelta y volver a la campa cercana a Aiegi donde se desarrollan el resto de los actos.

Mientras, los demás componentes de la comitiva continúan cuesta arriba hacia la cima del monte. El camino se hace cada vez más escarpado y más de uno agradece la periódica parada de las estaciones del Via Crucis pararecuperar el resuello mientras reza un Padrenuestro. Una persona porta una cruz; otra, un ramo de flores para colocarlo ante la imagen del Cristo Negro de la cima.

Ya superada la mitad del camino, la maleza impide ver con claridad dónde se sitúan las cruces y las paradas se hacen en base a referencias, sin saber exactamente si se trata del punto exacto. «Me suena que la cruz estaba justo después de esta curva». Sexta estación.

Poco a poco, hay que seguir hacia arriba. Poco antes de la ermita, un hombre tocado con la boina roja pregunta en una curva si ése es el lugar en el que dispararon a Ricardo García Pellejero. «No, es bastante más abajo», le responden. «Es que está bastante cambiado», argumenta el que había preguntado.

Finalmente, la comitiva llega hasta la gruta del Cristo Negro, donde la bandera carlista­blanca con la cruz de San Andrés roja­ está ya colocada sobre el altar. Otros carlistas han subido también por otros caminos y se van reuniendo ante el Cristo Negro.

Desde la cima de Montejurra, cuando la niebla ofrece un respiro, como sucedió ayer en varias ocasiones, puede verse con claridad la ciudad de Lizarra y su entorno.

Mientras, el sacerdote que ha oficiado el Via Crucis ya tiene todo dispuesto para iniciar la eucaristía. En la misma, se pide por Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez, así como por los miembros del Partido Carlista fallecidos recientemente.

Al abrigo de la ermita, toca realizar un pequeño almuerzopara reponer fuerzas antes de bajar. Longaniza y pan. «Nos hemos olvidado la bota», se lamentan.

Algunos proponen bajar del monte por una ruta más directa, aunque bastante más escarpadaque la ruta del Via Crucis. «Por ahí fue por donde bajaron a las princesas en 1976», explican. Al final, parece que el camino no está en las condiciones más adecuadas y se opta por el retorno por la ruta del ascenso.

Acto politico en la campa

En las inmediaciones, se han instalado txoznas en las que tomar un pincho, una cerveza o un vino y puestos en los que se venden libros de temática carlista y otros objetos relacionados. «A ver cuándo escribís algo de los Grupos de Acción Carlistas ­que optaron por la lucha armada en los años 70 en contra de la dictadura de Francisco Franco­ para que la gente se entere», demandan.

También venden bonos para la comida popular que se va a celebrar tras el acto político. Cuestan 20 euros y el menú que se ofrece está formado por cogollos, menestra y pescado.

Desde el estrado, avisan de que el acto político va a comenzar, por lo que la gente debe acercarse al estrado. La mayor parte de los congregados lleva la boina roja en la cabeza. Algunos de ellos, llegados de Castilla, portaban, además, pañuelosen los que podía leerse el lema «Comuneros, carlismo, la misma lucha. Villalar».

El primer orador fue el asturiano Javier Cubero, representante de las Juventudes Carlistas, que comenzó su intervención aplaudiendo la lucha de los estudiantes franceses contra el Contrato de Primer Empleo (CPE)y la nacionalización de los hidrocarburos decretada por el presidente boliviano, Evo Morales. «Ambas son victorias de la lucha del pueblo contra el neoliberalismo», destacó, al tiempo que llamó a combatir contra la directiva Bolkenstein.

Asimismo, Cubero instó a reforzar «el compromiso de los pueblos de las Españas contra el uniformismo que nos impone Madrid» y denunció «al actual Estado de las Autonomías por la represión cultural y la negación de derechos lingüísticos que se padece, entre otros lugares, en el País Leonés, en Asturias y en Navarra».

Asimismo, el portavoz de las Juventudes Carlistas reivindicó «el derecho de los pueblos a negociar, sin injerencias, un marco político propio».

El secretario general del Partido Carlista en Nafarroa, José Angel Pérez-Nievas, por su parte, recordó a Ricardo García Pellejero y a Aniano Jiménez, destacando que sus muertes fueron causadas por «una acción artera y vil contra gente indefensa» y comparando los sucesosde 1976 con las batallas de Montejurra vividas en las guerras carlistas del siglo XIX, «donde se peleaba cara a cara y en defensa de un ideal».

Junto a ello, Pérez-Nievas denunció la impunidad que se ha instalado sobre las muertes de García Pellejero y Jiménez, aunque mostró su esperanza de que algún día pueda conocerse lo que realmente ocurrió en las faldas de Montejurra en mayo de 1976. «Del mismo modo que, aunque tarde, también se supo lo del GAL», señaló.

Asimismo, Pérez-Nievas recordó que aquel 9 de mayo de 1976, el Partido Carlista ya reivindicaba el derecho de autodeterminación de los pueblos y la estructura federal para el Estado español. En este sentido, lamentó que desde 1812, en las Cortes de Cádiz, el Estado español haya optado por un modelo profundamente centralista y que el régimen constitucional instalado en 1978 «se ha caracterizado por ir tacañeando las competencias de los pueblos».

«Son los pueblos los que deben decidir cómo y si quieren vivir con otros pueblos», subrayó.

En relación al conflicto que vive Euskal Herria, José Angel Pérez-Nievas señaló que «existe un problema político que no se puede ignorar», por lo que abogó por «un diálogo pero sin imposiciones» como vía de solución. «No puede haber imposiciones antes de comenzar a hablar, porque eso no es diálogo. En todo caso, las cesionesllegarán en el momento del acuerdo, no al comenzar al diálogo», añadió.

Junto a ello, el secretario general del Partido Carlista en Nafarroa recordó que esta formación hizo público un «Manifiesto por la Paz» en 1996. «Entonces vimosel problema y las soluciones que había que aplicar, que son las que ahora otros mencionan», subrayó.

En el acto político de Montejurra 2006 se homenajeó a varios octogenarios, veteranos combatientes en la guerra de 1936. «Fueron héroesy mártires, por-que fueron engañados», destacó Evaristo Olcina. -

«Navarra será lo que los ciudadanos navarros decidan»

El secretario general federal del Partido Carlista, Evaristo Olcina, criticó duramente ayer en Montejurra a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y dirigente del Partido Popular, por haber señalado que «no vamos a permitir que Navarra se una a Euskadi». «¿Pero esto qué es? ¿Quién es esta señora para decir lo que va a ser Navarra? Sólo el pueblo de Navarra decidirá su futuro y su libertad. Dicen que son foralistas, pero se les llena la boca de españolismo y navarrería. Son constitucionalistas, que es lo opuesto a los Fueros», destacó Olcina. Junto a ello, reclamó al Gobierno español pasos para solucionar el conflicto que vive Euskal Herria tras el alto el fuego de ETA, aunque se mostró pesimista después de que Madrid haya recortado el Estatut catalán y rechazado la reforma estatutaria llevada por Ibarretxe a las Cortes.