Maite Soroa
Se van hasta las Navas de Tolosa
Cuando un franquista de tomo y lomo como Ricardo de la Cierva titula un artículo ‘‘La clave es Navarra’’ es urgente ponerse gafas de soldador para no lamentar luego daños irreparables en la retina. En “Epoca” de esta semana, el historiador del Franquismo se refería a las declaraciones del miembro de Batasuna Patxi Urrutia y, en tono pretendidamente irónico, alegaba que «como los socialistas han manifestado que Batasuna está ilegalizada y no existe, esas declaraciones no se han producido nunca. Pero han existido». Hasta ahí no falta a la verdad quien tantas veces lo hizo en su obra histórica.Según De la Cierva, «la reclamación fundamental del
Gobierno Vasco, del PNV, de EA, de ETA-Batasuna, de todo el nacionalismo vasco,
es la anexión de Navarra, como lo muestra el proyecto de creación de ese
organismo común vasco-navarro para consumar la anexión». Busquen un documento de
la izquierda abertzale en el que aparezca el término «anexión» y si lo
encuentran, les invito a un vermú. Según el fachongo detrás de la trama está «el
Padre de la Mentira», o sea Zapatero y agrega que «el camino para lograrlo ha
sido la desnaturalización del PSOE en el País Vasco que ahora se quiere
completar en Navarra». Y ante tanta desolación, anima a sus huestes: «hay una
esperanza: los socialistas navarros son navarros antes que socialistas y en
momentos críticos actúan como navarros. En 1936 muchos socialistas y algunos
nacionalistas navarros se negaron a secundar al Frente Popular y se sumaron al
alzamiento, como el gran escritor, vascófilo y vascófono, Arturo Campión». A
partir de ahora, canela de la fina: «en 1936 las Brigadas de Navarra salvaron a
Navarra y salvaron a España. Es la hora de crear unas brigadas de Navarra
españolas por la Navarra de hoy. Que alguien alce la bandera de Navarra y allí
iremos todos. No es la primera ni la segunda vez que se hace con éxito». Si esto
no es apología de la violencia, que venga alguien a explicármelo. Y la guinda
historicista: «Y no sólo en 1936. Cuando en 1212 la vanguardia cristiana de las
Navas de Tolosa (compuesta por vascos y madrileños) se estrellaba ante el
palenque de los almohades, el rey de Navarra con sus soldados del viejo reino
rompió las cadenas del ala izquierda enemiga, socorrió a sus hermanos en apuros
y puso en fuga al pretencioso Miramamolín». Ahora, con aquellas cadenas, algunos
pretenden negar a los navarros su derecho a decidir. Lo único bueno es que ni
siquiera disimulan. - msoroa@gara.net
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