DONOSTIA
El líder de ICV y conseller de Relaciones Institucionales, Joan Saura, fue el encargado de dar ayer la noticia de la defunción del tripartito, esperada desde hacía días. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall, comunicó a Saura su decisión de expulsar del Govern a los seis consellers de ERC y de convocar elecciones anticipadas en una reunión en el Palau de la Generalitat.La justificación de sobra conocida: la decisión de Esquerra de pedir el «no» en el referéndum de ratificación del Estatut, que se celebrará el 18 de junio.
Maragall también se reunió ayer con Manuela de Madre (PSC), con Artur Mas (CiU) y con el líder de ERC Josep Lluís Carod-Rovira. Después del breve encuentro, el presidente de Esquerra, manifestó su descontento con la decisión de Maragall, que calificó de «gravísimo error político» y vaticinó que «será peor el remedio que la enfermedad». «Maragall acaba de poner fin a la única experiencia desde el año 1936 de un gobierno catalanista y de izquierdas», sentenció.
Carod-Rovira explicó que el presidente le había propuesto mantener a los más de 200 secretarios generales, directores generales y demás cargos de confianza política que ERC tiene en los departamentos hasta ahora de su titularidad, opción que rechazó.
Los consellers cesados son: Josep Bargalló (conseller en cap), Xavier Vendrell (Gobernación y Administraciones Públicas), Marta Cid (Educación), Anna Simó (Bienestar y Familia) y Manel Balcells (Universidades, Investigación y Sociedad). La expulsión se hará efectiva de inmediato y, en principio, se prevé la designación de algunos consellers nuevos, aunque en otros casos, otras áreas se integrarán en carteras controladas por consellers del PSC.
El anuncio provocó numerosas reacciones entre los representantes políticos y otros agentes catalanes. Joan Saura dijo que comparte la decisión de adelantar las elecciones después del referéndum, pero disiente en la expulsión de Esquerra del Ejecutivo catalán.
Con la expulsión de ERC, ICV se queda como socio único del PSC en el Govern. Si Maragall no se hace con nuevos aliados, ambos tendrán que gobernar en minoría los pocos meses que restan de legislatura, ya que ICV descartó la posibilidad de salir del Gobierno antes de las elecciones, si bien su Ejecutiva se reunirá el sábado para analizar la nueva situación.
Mas advertió a ERC de que «no es el momento de hacerse los llorones» sino de constatar que el tripartito, «su gran apuesta estratégica», no ha funcionado. El líder de CiU volvió a echar los tejos a Maragall y se comprometió a asegurar al Gobierno en minoría la estabilidad necesaria hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Mas estimó que el Ejecutivo debería limitarse a administrar la gestión del día a día, sin intentar excesivas florituras.
También Josep Piqué (PPC) ofreció su apoyo, con la condición de que Maragall no se presente a su reelección.
Desde el PSC, se celebró la decisión de Maragall, puesto que llevaban tiempo presionando al presidente para que echara a ERC. En opinión de De Madre, así «se evita lesionar los intereses de Catalunya» en el objetivo de lograr «más autogobierno y bienestar».
El PSOE prefirió dar imagen de imparcialidad al insistir en que respetan la decisión del presidente catalán. Pura imagen, teniendo en cuenta que el pacto del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero con Artur Mas para desnaturalizar el Estatut aprobado en el Parlament a espaldas del resto de los implicados ha sido la semilla del fracaso del tripartito.
Empresarios, preocupados
El PP, cuya filial catalana se ha convertido en el convidado de piedra en la política de este país, pidió, en boca de Angel Acebes, que se convoquen elecciones antes del referéndum, postura que respaldó el presidente del PPC, Josep Piqué, y a la que se sumó la clase empresarial catalana. La patronal de pymes Fepime opina que el período de interinidad en el que entra la política catalana puede perjudicar a la economía, por lo que aboga por la convocatoria «urgente» de elecciones. La patronal Fomento del Trabajo y la de la Cámara de Comercio de Barcelona expresaron la misma preocupación.