Se ha consumado finalmente el acto que acaba con la experiencia de la vía catalana. La expulsión de ERC supone el acta de defunción del tripartito.Los movimientos de fichas abocaban desde hace tiempo a esta difícil salida. Los intereses y maniobras desde Madrid y desde el «ala dura» del PSC y la colaboración de CiU han propiciado este nuevo escenario.
El abandono en masa de ERC, forzado por la expulsión de sus consellers, afecta a áreas tan importantes como educación y bienestar social. A partir de aquí, ERC esperará a la reunión de su Ejecutiva para decidir la postura a adoptar ante el futuro gobierno de la Generalitat, y que a tenor de las declaraciones de algunos dirigentes del partido «ya no volverá a ser lo mismo, en todos los sentidos», anticipando obviamente un cambio de la postura de ERC no sólo ante la política catalana sino también en relación al Estado español.
Algunos analistas adelantan que en la campaña del Estatut y seguramente también en la próxima contienda electoral, el propio Zapatero será objeto de los ataques desde ERC para denunciar los pactos que a espalda de la mayoría catalana se han gestado en Madrid y el incumplimiento de las promesas que el presidente español realizó en su día sobre la capacidad de decisión del Parlament del Principat.
En un principio parece que tanto Maragall como el propio Zapatero no estaban por la labor de abocar el tripartito a esta situación. Pero las posturas de los sectores más duros y contrarios a Esquerra del PSC forzando este escenario y también las exigencias lanzadas en la misma dirección desde CiU han provocado finalmente este escenario.
Futuro de inestabilidad
Probablemente la característica principal de los próximos meses en torno al gobierno catalán será la inestabilidad. Todas las formaciones parlamentarias están estudiando detenidamente los pasos a dar en el futuro. Desde CiU se ha llegado a proponer bajo la mesa una especie de «apoyo» sutil al Gobern hasta la celebración del referéndum del 18 de junio. Iniciativa por su parte se reúne este sábado para analizar la situación, y no sería de extrañar que evalúe su posición dentro del Gobern ante la nueva coyuntura que se crea y con la vista puesta ya en clave electoral.El abanico de los posibles escenarios que se avecinan no deja lugar para una situación estable. Probablemente nos encontremos ante un gobierno en minoría que cuente con apoyos puntuales o tácticos por parte de CiU. El primer reto que debe afrontar Maragall es la propia reordenación de su gobierno, buscando que los actuales consellers se repartan las carteras de ERC o bien sumar nuevas caras al gobierno. En estos seis meses que quedan antes de la cita electoral (legalmente no es posible celebrar las elecciones ya que el 18 de junio tendrá lugar el referéndum del Estatut) muchos de los proyectos que defendía el gobierno tendrán que desecharse y la imagen que finalmente llegue a la ciudadanía no será nada positiva.
Es más que evidente además que, de cara al futuro, este movimiento protagonizado por Maragall supone el certificado de defunción del tripartito. Aunque en política «todo es posible» es muy difícil que ERC apueste en el futuro por reeditar esta fórmula. A primera vista parece que la estrategia de Mas y CiU es la que puede salir beneficiada, eso sí, por encima de los intereses de la mayoría de la ciudadanía del Pricipat, o al menos de los sectores soberanistas.
Todas las formaciones están ya en clave electoral, y probablemente ya han empezado los análisis para adivinar o predecir la postura de cada una de ellas tras los comicios. Uno de los escenarios que cobra más fuerza sería el de un gobierno en manos de CiU con un apoyo colateral del PSC. Los conservadores catalanes no han ocultado que su prioridad es el partido y la «gestión», al tiempo que no descartan tener un ministro en el Gobierno español, probablemente el dirigente de Unió, Duran i Lleida, que aceptaría gustoso el regalo para «olvidar los desplantes que le dirigido recientemente su socio de coalición».
Los socialistas catalanes, o al menos un sector de ellos y parte de la dirección estatal, sin admitirlo públicamente, no verían con malos ojos una derrota de Maragall, siempre que este sea el candidato final del PSC, pues significaría su retirada definitiva de la escena política.
Leccion de democracia
A pesar del acoso mediático al que se ha visto sometida ERC, la formación republicano puede presumir de haber dado una verdadera lección de democracia (en el sentido occidental de la palabra) al resto de formaciones políticas. Mientras que la mayoría de partidos políticos actuales se llenan la boca con la palabra democracia, su uso interno deja bastante que desear.Hoy en día asistimos a un sistema político en el que la mayoría de los partidos se han convertido en organizaciones sin apenas militantes, y cuando éstos proponen algo, la decisión de las ejecutivas es la que siempre se impone. ERC ha sido capaz de echar hacia atrás la decisión de sus dirigentes porque así se lo han solicitado sus bases en un verdadero ejercicio democrático. Desde los voceros del resto de formaciones se les ha llegado a acusar de inmaduros, irresponsables, irrealistas... cuando en realidad esa actitud sería la que ellos deberían defender, pero por desgracia asistimos a una situación en la que la perversión de los términos predomina sobre el verdadero sentido de los mismos.
A partir de ahora ERC tiene ante sí un importante reto, ver si es capaz de mantener el espectro electoral que les apoyó en las anteriores elecciones y repetir resultados. Será interesante saber también cómo ha podido afectar este fracaso del tripartito a la población del Principat, que tendrá repercusiones negativas para los tres socios.
La valentía de ERC para ir más allá de los intereses partidistas y optar por un rechazo del proyecto de Estatut que es fruto de los arreglo de un partido catalán y el Gobierno español le debe servir para comenzar a articular una alternativa soberanista que sepa recoger o confluir con las iniciativas soberanistas e independentistas que los últimos meses han protagonizado importantes movilizaciones sociales en defensa del «derecho a decidir».
Si las declaraciones de los dirigentes republicanos señalando que ya no caben «nuevos proyectos estatutarios», mostrando que las vías estatutarias están agotadas, demuestran nuevamente la decisión de caminar hacia delante junto con esas otras sensibilidades sociales, podemos estar asistiendo a la configuración de un polo político y social que puede tener un importante potencial a medio y largo plazo. -
(*) Txente REKONDO: Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN).