El Movimiento de los Sin Tierra, a quien Lula da Silva calificó de «hermanos» por su apoyo para llegar a la presidencia de Brasil en 2002, ha recrudecido sus movilizaciones, al comprobar que las medidas previstas en la reforma agraria no llegan a concretarse. El pasado martes, un importante número de militantes de este activo movimiento irrumpieron en la Cámara de Diputados de Brasil y, tras fuertes enfrentamientos, 26 personas resultaron heridas y alrededor de quinientas fueron detenidas. El objetivo de esta acción, realizada tras la negativa del presidente de la Cámara a recibirlos, era reclamar el cumplimiento de varios compromisos adoptados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, entre ellos, el más importante, la prometida reforma agraria. El 1 de julio se iniciará la larga campaña que llevará a las elecciones presidenciales del 1 de octubre en Brasil, pero el país está ya inmerso en un muy agitado clima pre-electoral. Lula da Silva es el objetivo de la derecha brasileña, cuya estrategia electoral pasa por lanzar contra el presidente acusaciones de todo tipo de corruptelas. Pero también habrá de vérselas con la izquierda y los movimientos campesinos, que no parecen dispuestos a dejar que las esperanzas que pusieron en él y en su proyecto para el país se desvanezcan en el olvido. Lula da Silva tiene un indudable prestigio entre los gobiernos de izquierdas del continente americano, pero necesitará más que promesas en política interna para mantenerlo entre los sectores populares de su propio país. -

Un agricultor, un trabajador, murió en Kanbo, Euskal Herria

No hace mucho se hacía público el número de víctimas de la siniestralidad laboral. Etienne Landaburu, agricultor de Kanbo, no aparecerá en futuras estadísticas autonómicas, por ser ciudadano de Lapurdi, aunque falleciera mientras realizaba su trabajo. El Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno de Lakua, por su parte, anunciaba que hará públicas las sanciones impuestas a empresas por infracciones relacionadas de prevención de riesgos laborales. Eso y más será necesario. -

Txorimalo, la «inconveniencia» de los jóvenes autogestionarios

A última hora de la tarde de ayer la Ertzaintza procedía a cerrar un gaztetxe en Algorta. Uno más. Los policías advirtieron a los jóvenes de que si no lo desalojaban por las buenas serían llevados ante el juez, práctica a la que ese cuerpo policial, directa o indirectamente, parece aficionado. Finalmente no se produjo ningún incidente grave, si es que no resulta suficientemente grave que en Getxo, en un plazo de siete años, hayan clausurado el mismo número de gaztetxes. No soportan a los jóvenes que escapan a su control. -