IRUÑEA
Miembros de la izquierda abertzale y periodistas pusieron la misma cara de asombro cuando vieron descender al salón Velate del Hotel Tres Reyes a varios agentes de la Policía española acompañados de un secretario judicial. Juan Kruz Aldasoro había dado comienzo a la rueda de prensa convocada para presentar la campaña de socialización del documento presentado por Batasuna en los cines Carlos III cuando se vio sorprendido por una ruidosa irrupción de varios agentes de la Policía española detrás de un funcionario que portaba una providencia en la mano.El papel llevaba la firma del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional española, Fernando Grande-Marlaska, y ordenaba impedir la rueda de prensa y levantar acta de ello. El secretario se lo mostró a Pernando Barrena mientras el estupor se extendía en la sala. Periodistas con dos décadas de ejercicio resaltaban que nunca habían visto nada igual.
La providencia se basa, según informaron las agencias, en el auto de suspensión de actividades de Batasuna emitido el pasado año por Grande-Marlaska, una vez caducada la anterior medida decretada por Garzón en agosto de 2002. En estos cuatro años, sin embargo, nunca se había llegado al extremo de interrumpir mediante la Policía una rueda de prensa de esta formación política.
Ripa: «Estrictamente judicial»
La acción de Grande-Marlaska se corresponde con el auto emitido la pasada semana tras las comparecencias en Madrid de ocho miembros de la Mesa Nacional. En él se insistía en la prohibición de cualquier actividad de Batasuna.Fuentes jurídicas de la Audiencia Nacional explicaron que el juez entiende que las ruedas de prensa también encajan en esa actividad, incluso cuando se realizan en locales cerrados, lo que supone un paso adelante en la práctica utilizada hasta el momento. De hecho, la propuesta de Batasuna sobre la que versaba la rueda de prensa de ayer se presentó hace escasamente un mes en un cine de Iruñea sin que mediara ninguna prohibición.
La Delegación del Gobierno español en Nafarroa titulada por Vicente Ripa, que se jactó hace unas semanas de que en el herrialde se habían prohibido en los últimos tiempos 36 actos de la izquierda abertzale, optó ayer por marcar distancia. A preguntas de la agencia Efe sobre la suspensión, indicó que se trataba de un asunto «estrictamente jurídico».
Según las mismas fuentes, el juez Grande-Marlaska fue informado sobre la convocatoria de esta rueda de prensa por la Unidad Central de Inteligencia, que alertó de que la persona que había formulado la petición, a título personal, era el mahaikide Pernando Barrena, como admitió este mismo.
Cambio de fiscal
La decisión muestra que no se ha interrumpido la ofensiva contra Batasuna liderada por Grande-Marlaska, pese a que la pasada semana no dictara medidas cautelares de importancia contra los ocho mahaikides. Ya en ese auto, reafirmaba de forma expresa la suspensión de actividades políticas.La Fiscalía, por contra, dejó claro en esa ocasión que acciones como las ruedas de prensa o las declaraciones públicas de los mahaikides «no pretenden contribuir a los fines y objetivos de la organización terrorista ETA, sino recuperar la presencia institucional de la for- mación ilegalizada Batasuna en la vida política, así como apoyar la situación actual del cese de violencia y la consecución de la misma con carácter definitivo». Añadió que «el derecho fundamental a la libertad de expresión no puede verse afectado por la suspensión de actividades de Batasuna».
Precisamente ayer se conoció además que el nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, ha sustituido al anterior acusador en este proceso contra Batasuna, Juan Moral, por un nuevo fiscal. Se trata de Juan Antonio García Ja- baloy, de quien las agencias de prensa destacan su condición de ex presidente de la Unión Progresista de Fiscales (UDF). Moral ya no participó en el trámite de la pasada semana; en esa ocasión, fue sustituido por Jesús Santos, el número dos de la Fiscalía del tribunal especial.
El veto a la rueda de prensa, pese a su carácter inusitado, no suscitó especiales reacciones políticas. Sólo Angel Acebes, secretario general del PP, salió a la palestra para felicitar al juez Grande-Marlaska «por mantener la decencia y la dignidad del Estado de Derecho» y afirmar que «Batasuna no existe». Jaime Ignacio del Burgo se alegró de que «al menos hay alguien que no mira a otro lado».
IRUÑEA
Con sus compañeros de mesa mostrando en alto la propuesta de Batasuna que difundirán en las próximas semanas, Pernando Barrena explicó a las puertas del Hotel Tres Reyes que «nadie en su sano juicio puede comprender que a estas alturas, cuando todos los agentes políticos del país han mostrado disposición para hablar con todos, incluida Batasuna, un juez se dedique a este tipo de labor de sabotaje de las condiciones que se están creando».
Barrena trajo a colación las palabras de Arnaldo Otegi el sábado en Durango, cuando indicó que la decisión del PSE es un paso adelante pero alertó de que continúan vigentes los riesgos. «Hoy hemos podido comprobar que por parte de algunos aparatos del Estado la receta de la represión, de la prohibición, de la conculcación de derechos civiles y políticos es algo que está en vigor y que no se corresponde con los tiempos políticos que está viviendo el país», subrayó.
Antes, tras la irrupción policial, Juan Kruz Aldasoro había dejado claro que «no van a impedir el derecho a la libertad de expresión», y puso fin a la comparecencia con un «Gora Euskal Herria askatuta!» coreado por sus compañeros.
