Jokin de Irala - Doctor en Medicina (*)
Propóntelo, propónselo...
Leo con decepción la carta de Josu Imanol Unanue, «PropónteloŠ dí la verdad sobre el sida». Sobre todo porque al escribir la mía, «Propóntelo, propónselo, saber más sobre el sida para evitarlo», no pretendía más que informar sobre algo que no es opinión mía, sino que cualquiera puede encontrar en la literatura científica. Por el contrario, lamento que Josu Imanol esté visiblemente enfadado; esa no era mi intención. Yo no insulto a nadie, no desprecio a nadie, y menos a quienes están infectados por el VIH, bien lo saben quienes me conocen. En ningún momento utilizo ni insinúo términos como «perversión», «obsesos», «culpables», «inmorales», «burlas», «mentes calenturientas»... en mi artículo.
Tiene razón Josu Imanol al afirmar que sólo hablo de transmisión sexual. Efectivamente, en el Estado español hemos tenido un grave problema por la transmisión entre usuarios de drogas que compartían sus jeringuillas. Pero, afortunadamente, esta vía está cada vez mejor controlada, mientras que la transmisión por vía sexual sigue aumentando.
Vaya por delante mi convicción de que cada cual es libre de tomar las decisiones que crea oportunas en materia de sexualidad, con tal de no infringir la ley ni atropellar a otras personas. Pero hay hechos poco discutibles que se deben conocer, preferiblemente antes de tomar estas decisiones:
1El documento de las Naciones Unidas con datos de 2006 utiliza términos como «grupo» o «poblaciones» para referirse a «grupo de trabajadores del sexo», «grupo de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres», «grupos de heterosexuales varones que acuden al sexo comercial», «poblaciones de usuarios de drogas por inyección». No veo por qué esto se percibe como un problema cuando soy yo quien utiliza la palabra «grupo».
2Efectivamente, puede ser más preciso utilizar el término «comportamientos de riesgo», pero el hecho es que ciertos comportamientos son más frecuentes en ciertos grupos, poblaciones o colectivos. Por ejemplo, son más frecuentes los comportamientos sexuales arriesgados (como no utilizar el preservativo en una relación sexual con alguien desconocido), en personas bajo el efecto de drogas o, tal como lo señala el documento Onusida, en poblaciones de homosexuales que no se han beneficiado de una correcta información preventiva sobre el VIH o que consumen drogas.
3Aunque no guste a muchos, es un hecho que no existiría ninguna pandemia de transmisión sexual como el sida de no existir algo llamado «promiscuidad» o, dicho de otra manera, «un cambio frecuente y/o concurrente de parejas sexuales».
4Hay evidencia científica que sugiere que el preservativo ha sido eficaz en personas que se dedican al sexo comercial mientras que no está siendo todo lo eficaz que se esperaba como medida preventiva úni- ca en la población general. Véase el concepto de sa- lud pública llamado «compensación de riesgo» en mi otro artículo.
5Hay estudios que demuestran que los componentes A (retraso del inicio sexual) y B (reducción del número de parejas sexuales) de la estrategia ABC son lo más eficaz para luchar contra el sida en la población general. Tiene sentido porque son medidas que «evitan el riesgo», mientras que el preservativo sólo «reduce el riesgo». No parece fácil eliminar el sida sin que existan también A y B como medidas de prevención. No lo digo yo, lo dicen autoridades científicas. Por cierto, el consenso ‘‘The Lancet” también ha sido firmado por una asociación de gays llamada Gay Men´s health Crisis.
6Hay muchos grupos, o estilos de vida o comportamientos, con mayor riesgo de infectarse del sida, pero los siguientes serían especialmente importantes: homosexuales y heterosexuales con relaciones sexuales que no son mutuamente monógamas, trabajadores del sexo (femeninos y masculinos), poblaciones (mujeres, menores) que en algunos lugares no pueden tomar decisiones libres en materia de sexualidad por estar oprimidas; usuarios de drogas.
Cada cual es libre, pero me parece grave que uno no pueda dar a conocer datos científicos porque, al final, estamos hablando de una enfermedad que afecta dolorosamente a las personas, a sus familias y a la sociedad entera. -
(*) Jokin de Irala es también doctor en Salud Pública de la Universidad de Navarra
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