Jon MANCISIDOR | Subdirector general responsable del área social de BBK
«BBK Solidarioa intenta dar respuesta al 20%de exclusión social existente»
Jon Mancisidor considera que BBK Solidarioa avanza al doble del ritmo previsto en los inicios hace ya tres años. La iniciativa cuenta con un importante apoyo social. Mancisidor resalta que el trabajo contra la exclusión social debe mantenerse porque es «el pasado, el presente y el futuro» de BBK que tiene 99 años de historia.
En julio de 2003, BBKtomó la decisión de poner en marcha la fundación BBK Solidarioa, cuyo objetivo se fijó en el desarrollo de herramientas financieras que facilitasen la integración social de personas en exclusión social y en riesgo de pérdida de bienestar. Los inmigrantes fueron y son un colectivo importante de destino del apoyo a través de este mecanismo financiero. En casi tres años de vida, el volumen de ahorro contratado supera los 36 millones, de los que 32,3 millones proceden de los depósitos solidarios y 3,9 millones del fondo de inversión BBK Solidaria, que empezó a comercializarse a mediados de 2005.Jon Mancisidor explica los entresijos de esta actividad que llegó tras la experiencia positiva de la Fundación Gazte Lanbidean, y avanza nuevas fases de BBK Solidarioa en materia de impulso del comercio justo, para que determinados productos se puedan comercializar en las grandes superficies. Rechaza que esta actuación sea marketing en el sentido peyorativo y reconoce que todavía la mujer debe tomar un papel protagonista en la puesta en marcha de actividades. «Estaríamos encantados que fluyan iniciativas para aportar microcréditos, sobre todo, si fueran para proyectos de mujeres», precisó.
¿Se debe renovar o variar el rumbo de la fundación BBK Solidarioa, tres años después de su creación?
Creo que no. Hay que ampliar el campo de actuación. Cuando pusimos en marcha BBKSolidarioa llevábamos casi cuatro de experiencia con la fundación Gazte Lanbidean, que surgió como respuesta al elevado nivel de desempleo que afectaba fundamentalmente a jóvenes y mujeres, muy localizado en la Margen Izquierda y Bilbao. Gazte Lanbidean nace para intentar que cualquier iniciativa empresarial de un joven pudiera tener financiación, siempre que respondiese a unos criterios mínimos de viabilidad. Los jóvenes siguen teniendo dificultades objetivas, pero lo que da origen a BBK Solidarioa es el éxito, entre comillas, que tiene la fórmula de dar crédito a los proyectos, confiando en que las personas son capaces de desarrollarlos y reintegrarlos, y porque vemos que hay realidades de exclusión social que debemos abarcar también.
¿Quiere decir que no tenían cabida en Gazte Lanbidean?
Exacto. Hay realidades que las identificamos de exclusión que no tenían cabida, por la edad, en lo que es Gazte Lanbidean. Empezamos a pensar que había que aplicar esa herramienta a otro tipo de fin: el mundo de las discapacidades, las familias monoparentales, colectivos que pertenecen a los ex toxicómanos, ex presidiarios, ex alcohólicos, entre otros, y, por último, los inmigrantes, que desde hace cinco años tienen una presencia constante y en alza en Bizkaia, que, en un momento, plantean necesidades de financiación.
¿Cuáles son esas necesidades iniciales de los inmigrantes?
Las primeras operaciones que se plantean son el pago de la deuda que han adquirido en los países de origen. Inmediatamente después, cuando ya han cuadrado lo anterior, se marcan el objetivo del reagrupamiento familiar y después el inicio de una actividad por cuenta propia. Necesitan microcréditos.
¿Este nuevo rumbo de la caja no tiene que ver con una campaña de marketing, para quedar bien ante la sociedad?
Le puedo decir dos cosas al respecto. Para hacer una campaña comercial podríamos haber puesto en marcha cualquier otra actuación, que nos reportaría también una cierta rentabilidad. La segunda es que esta idea se remonta al origen de las cajas de ahorros.
¿A qué se refiere?
Hace 99 años nació esta caja. El próximo año cumplimos el centenario, y no somos de las primeras. En un momento concreto del desarrollo industrial, con la primera revolución industrial, las entidades bancarias tenían unos clientes exclusivos que eran los grandes capitalistas y sus grandes empresas. La inmensa mayoría de la población no tenía acceso al crédito. Todos los flujos económicos se centraban dentro del círculo de la empresa con los economatos, las cartillas y los barracones donde vivían. El dueño de la empresa controlaba los circuitos económicos, con lo cual la gente nunca conseguía romper esa barrera para tener una vida autónoma, porque no tocaban el salario, sino que cambiaban servicios y bienes.
¿De ahí surjen las cajas?
Surjen como montes de piedad para dar créditos y canalizar el ahorro de la gente. Este origen lo estamos analizando ahora y te das cuenta de cómo contribuye la caja a la lucha contra la exclusión social y cómo consigues que la gente tenga vida propia y tome sus propias decisiones al acercarse a los créditos. Una vez que consigue acceder al empleo, tiene recursos para vivir y luego toma decisiones sobre qué hace con el dinero. Así, los montes de piedad rompieron con el circuito financiero de aquellos capitalistas.
¿En qué se asemeja ese inicio de las cajas con la inmigración y la exclusión actuales?
El proceso se ha producido en repetidas ocasiones, porque van apareciendo nuevas situaciones de lo que nosotros llamamos exclusión financiera, personas con dificultades de acceso al sistema financiero. Ocurrió después de la Guerra Civil española, dado que entre 1940 a 1970 Bizkaia duplicó la población. Vinieron un montón de personas que se encontraron en la misma situación que aquellos de la primera revolución industrial: problemas de acceso a la vivienda o necesidades familiares mínimas, que les obligaba a acudir a una entidad financiera a obtener un prés- tamo, sin que pudieran aportar ninguna garantía, sin red familiar ni social, ni nada. Las cajas nos dedicamos a este proceso. Y en estos últimos años con la globalización y las economías duales ocurre lo mismo. Estamos viviendo con unos niveles de bienestar social muy importantes, como en nuestro caso, pero cada vez hay más casos de gente que no tiene acceso a este tipo de vida. Se calcula que un 20% de la población se puede considerar que está en situación de exclusión o en situación de pérdida de bienestar.
Es un porcentaje elevado
Cuando tienes entre el 15% y el 20% de la población en situación de exclusión, me da igual el porcentaje, quiere decir que una parte muy importante de la sociedad no tiene acceso a los servicios financieros y, por lo tanto, no va a tener posibilidades de acceso al estándar de bienestar que tiene la inmensa mayoría de la población. No es un fenómeno que se produce aquí, sino en todo el Estado español y en Europa. En Francia, se encuentra entre el 23% y el 30% en exclusión social. En Gran Bretaña, un 30% de la población está sin bancarizar.
¿Está satisfecho con el balance de estos tres años de BBK Solidarioa?
Sí. Somos conscientes de que el volumen de actividad es pequeño, porque hablamos de dieciséis millones de pasivo y catorce millones de inversión. Es pequeño. Va poco a poco. Le podíamos meter un poco más de tirón al ahorro, provocar más, pero queremos que vaya acompasado con la demanda efectiva de créditos para cubrir la diferentes necesidades.
¿Quiere decir que faltan proyectos?
Son de maduración muy lenta. Además, hay que tener en cuenta que hasta hace un año muchos inmigrantes no podían pedir un crédito, por cuestiones legales. Nos inventamos una fórmula de intermediación con algunas asociaciones a las que les dábamos créditos y luego éstas los convertían en microcréditos para inmigrantes. Nuestro planteamiento inicial fue conseguir 18 millones de ahorro solidario en los tres años, y probablemente estaremos cerca de los 36 millones, y tendremos un saldo próximo a los 18 millones, más o menos, que es el doble de lo previsto.
¿Cuáles son las actuaciones que se deben impulsar en este próximo período?
Tenemos dos asignaturas pendientes en los ámbitos de la mujer y de las discapacidades. Quisiéramos más proyectos desde ambos colectivos, porque la mujer padece el doble de desempleo que el hombre. Hay grandes bolsas de discapacidades, me refiero a todas, que deberían de intentar actuaciones para que se les pudiera financiar. La parte más dinámica se encuentra en los inmigrantes, porque en cuanto se enteran de nuestro proyectos acuden a obtener financiación.
¿Tienen mucha necesidad?
Sí. En este momento, en lo que controlamos nosotros podemos decir que lo que es la parte del pago de la deuda para venir, está terminada; la parte del reagrupamiento está bastante avanzada y, en la actualidad, las operaciones que estamos haciendo más, se dirigen a quitar el peso de la fianza que les piden por el alquiler de una vivienda, que supone dos o tres mensualidades por anticipado, es decir 1.800 euros. Es una cantidad que con su salario mensual no les llega. Nos están llegando peticiones de créditos hipotecarios. Ese va a ser el futuro inmediato de los inmigrantes: el acceso a una vivienda en propiedad en suelo de Bizkaia.
¿Los inmigrantes están en peores condiciones laborales y salariales?
Sí. Hemos notado que tienen muchos ingresos no declarados. Investigamos eso bastante, porque ese control nos permite tener un detalle más exacto. Si nos fiásemos por la única nómina legal, no les podríamos dar crédito alguno. Hay mucho trabajo no declarado, que a algunos les viene muy bien.
¿Pero eso es fraude?
Sí, pero yo soy una entidad financiera y me interesa saber la capacidad de pago que tienen. En el resto no me meto.
¿Quiere decir que los empresarios se están aprovechando de esa situación? Es cierto que hay empresarios que se aprovechan,
menos de lo que parece, porque hay un cierto control sindical. Pero en este tema
hay mucha hipocresía, porque hay mucho inmigrante que trabaja en el servicio
doméstico en las viviendas de particulares. Se les paga poco. No debiera de ser
así, pero está ocurriendo con mucha asiduidad en este momento. -
«Intermediamos entre las asociaciones y las grandes superficies para dar un impulso al comercio justo»
U n reto importante que la fundación BBK Solidarioa se ha marcado es «ser proactiva» para poner en comunicación al Tercer Sector con determinados empresarios e instituciones para dar un impulso a nuevos proyectos e iniciativas ¿En qué proyecto trabajan en este momento
para echar andar? En el plan estratégico que termina en 2007, en el área social de BBK fija como objetivos, entre otros, el comercio justo y la vivienda social de alquiler para jóvenes. En BBK Solidarioa iremos creciendo en la actividad normal, entrar en el comercio justo y dar un impulso a las empresas de inserción y en nuevos productos de ahorro ético. Queremos hacer que el pequeño balance de BBK Solidarioa se visualice en toda la caja, que haya una actividad bancaria pensando en este área de las finanzas solidarias. ¿Con el comercio justo, qué
pretenden? Estamos poniendo en contacto a las asociaciones que se dedican a este campo con las grandes superficies comerciales para lograr que ese tipo de productos, que cada vez son más demandados, también estén presentes en determinados centros comerciales. Sería dar un fuerte impulso a esa actividad solidaria. Nos hemos dado cuenta de que hay mucha gente que ya no sólo se fija en la caducidad del producto, sino en dónde se ha producido y con qué medios. Hay mayor conciencia social y la caja quiere seguir ese camino también, porque es parte de su propia idiosincrasia como entidad. Este año creo que lograremos un acuerdo en base a la comercialización de productos en grandes superficies comerciales. Será muy interesante. ¿No cree que la caja está ocupando un papel
que le correspondería a la Administración para terminar con la exclusión
social? No. La Administración tiene su responsabilidad, las ONG,
otras y nosotros también otras. Nosotros financiamos. Trabajamos en red, en
conjunto. Necesitas estar de acuerdo. Me parece fundamental que la
Administración, el Tercer sector y las entidades trabajemos en unión. Es
imprescindible y necesario. Este tema del bienestar social es un objetivo
prioritaro. -
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