REPUBLICA CHECA 0
GHANA 2
IRUÑEA
Ahora mismo es la mayor fuente de talentos y hace ya bastante tiempo que los más importantes equipos europeos pescan ahí. Para consolidar su fútbol, al continente africano sólo le falta conseguir un gran logro y en cada edición mundialista se habla de una posible sorpresa de alguno de sus equipos.Alemania no ha sido una excepción, aunque los conjuntos africanos clasificados no han sido los tradicionales de anteriores citas, dejando en la cuneta a los más habituales Camerún, Nigeria, Marruecos o Egipto, lo que aún le ha añadido más incertidumbre al papel que podrían protagonizar.
Si a ello unimos los malos resultados cosechados en la primera fase por los combinados del continente negro su máximo representante, Costa de Marfil, ya está eliminado, al igual que Angola, daba la impresión de que la cita mundialista del 2006 iba a demostrar que todavía le quedaba mucho camino por recorrer al deporte rey en dichos países.
En esas estaba el devenir del Mundial, hasta que a Ghana le tocó destapar el tarro de sus esencias. Los liderados por el centrocampista del Chelsea Michael Essien no podían fallar si no querían hacer la maleta y, lejos de ello, dieron una lección magistral de fútbol y barrieron del campo a una República Checa que había alimentado muchas expectativas, pero que ayer defraudó.
A diferencia del resto de sus hermanas africanas, los ghaneses contaron a las primeras de cambio con el acierto y la suerte de cara para encauzar el partido ante los centroeuropeos. En apenas dos minutos, un incansable Gyan ya había encarrilado el trascendental choque, tras acertar con la puerta defendida por Cech, aprovechándose de un garrafal error defensivo de Ujfalusi y disparando fuerte y muy ajustado junto al poste.
La falta de delanteros natos de calidad en el bando checo obligó a Karel Bruckner a adelantar las posiciones de sus centrocampistas más ofensivos Rosicky y Nedved, lo que trajo consigo que su único pivote defensivo, Galasek, tuviera que achicar en clara inferioridad las acometidas de Essien y Appiah, que llegaban con asiduidad al área rival, bien para disparar a puerta o para asistir a sus delanteros.
La República Checa no es un equipo que esté acostumbrado a jugar con un marcador desfavorable y menos todavía ante un contrario que, además de ganarle en potencia física, consiguió superarle en disposición táctica.
Los ghaneses estaban mucho más metidos en el envite, más rápidos en el corte y la anticipación, mientras las estrellas checas hacían un poco la guerra por su cuenta, como Rosicky, que sólo desplegó contadas salidas en velocidad sin apoyo alguno, lo que le restó peligrosidad y facilitó la labor de los defensores africanos.
Todavía se le puso peor el choque a los de Bruckner no acertó con los cambios introducidos en la reanudación cuando en el minuto 64 el árbitro pitó un claro penalti cometido por un ayer desafortunado Ujfalusi, que además le envió a vestuarios. Lo que parecía la puntilla dio, en cambio, algo de oxígeno a los checos, al fallar el goleador Gyan la pena máxima.
Pero ya en superioridad numérica, los últimos veinte minutos fueron un monólogo de Ghana, que dispuso hasta de cuatro ocasiones claras, todas ellas desbaratas por un magnífico Cech, hasta que Muntari finiquitó el partido con el 0-2 en el minuto 81. Con todo mérito, las Estrellas Negras salvaron de momento el honor futbolístico de Africa.
