La pérdida del salario real de los trabajadores en el Estado español es una de las principales conclusiones que se extrae del informe sobre la estrategia del empleo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que supone un balance en este área de los últimos doce años. El salario real está determinado por la dimensión del salario nominal, por el nivel de precios de los artículos de consumo y servicios, y el coste de los impuestos. El estudioconfirma que el salario real en las empresas del Estado español en 2005 cayó en un 1%, es decir los trabajadores perdieron poder adquisitivo en general. Para este año, se situará en el cero por ciento y se espera que crezca en medio punto en 2007, según los datos oficiales. En el Estado francés, los salarios reales aumentaron en un 1,8% el pasado año y se esperan crecimientos del 1,9% y 2% para este y el próximo año, por encima de las previsiones medias de la OCDE.

Esta pérdida real de salario en el Estado español se ha producido, justo en el período que los beneficios empresariales crecieron con más fortaleza y las empresas sanearon sus cuentas, gracias a los excedentes obtenidos, sobre todo, por la contención salarial.

Un informe reciente del Fondo Monteraio Internacional (FMI) reconoce este proceso. Roberto Cardarelli, economista principal del departamento de Estudios del FMI, señala, refiriéndose a los países más ricos, el «inusitado ritmo de acumulación de activos en las empresas es un factor clave del actual bajo nivel de las tasas de interés mundiales a largo plazo». Los datos del FMI muestran que entre 2003 y 2004, las empresas del G-7 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Italia, Estado francés, Alemania y Japón) acumularon 1,3 billones de dólares en activos financieros. «Esta cifra ­según Cardarelli­ es más del doble del tamaño de los superávits en cuenta corriente de los países de mercados emergentes y en desarrollo». En el balance de la OCDE, se reconoce un fuerte crecimiento de la productividad del trabajo en Irlanda y Corea, mientras que se aprecia una reducción en el Estado español, mientras que el Estado francés se eleva por encima de la media, que se situó desde 1994 a 2004 en un 2,1%. Una de las explicaciones de la pérdida de productividad en el Estado español se encuentra en la elevada tasa de temporalidad del mercado de trabajo. Según la OCDE, los esfuerzos de algunos países en la etapa anterior se dirigieron sólo a reducir las elevadas tasas de paro sin contemplar «actuaciones coherentes» en relación a la calidad del empleo y la formación profesional continuada. El informe del «Club de los países desarrollados» reconoce que en el Estado español la jornada laboral se encuentra en el grupo medio y los salarios reales por debajo de la media, sin embargo la inflación es de las más elevadas. Este hecho hace que los trabajadores estén perdiendo poder adquisitivo de forma creciente, a juicio de la OCDE, y, por lo tanto, la tasa de pobreza relativa se encuentre al alza, por encima del 12%, sólo superada por Irlanda, Grecia, Portugal, Turquía, Estados Unidos, México y Japón.

Ausencia de ingresos

La ausencia de salario entre la población de entre 15 y 24 años afecta a un 12% en el Estado español y, en torno al 14%cuenta con salarios bajos; mientras que entre 25 y 54 años, existe un 7% de la población que no cuenta con ingresos salariales y otro 15% con salarios bajos, aunque esta característica es muy elevada en el Estado francés, ya que casi el 20% de los ocupados tiene bajos salarios.

En general, la OCDE insiste en la necesidad de «abandonar las políticas que desalienten a la gente a trabajar» y pide a las empresas que «redoblen los esfuerzos para mejorar la cualificación de los trabajadores».

El recién nombrado secretario general de esa organización con sede en París, Angel Gurría, adelantó que los gobiernos de los treinta países miembros de la OCDE deben «definir políticas macroeconómicas que contemplen la estabilidad de los precios y el equilibrio de las haciendas públicas, evitando que las recesiones conduzcan a un retroceso del empleo». Se trata, según dijo, de que sea más interesante para la gente trabajar «que percibir prestaciones económicas».

Los expertos de la OCDE consideran, ante la escasa mano de obra que se prevé para el futuro, que se tiene que potenciar el trabajo. Para ello, «el Club de los países desarrollados» exige que se supriman los obstáculos a la participación de las mujeres en la vida activa para que acorte la diferencia con los trabajadores. Entre las medidas, insiste en que se pongan en marcha lo antes posible se encuentra la flexibilidad de horarios de trabajo para las mujeres, apoyos fiscales para los permisos parentales «convenientemente remunerados, sin que sean demasiado largos»», métodos de custodia de hijos de calidad y financieramente accesibles». La OCDE reclama que el empleo fijo no sea «seguro para toda la vida, para activarlo». -