MANIFESTACION EN IRU�EA
Marlaska exigi� a las FSE hostigar a la manifestaci�n
·Envi� una resoluci�n para que la grabara y abortara si era �reedici�n� de la prohibida
Grande-Marlaska no se conform� con sabotear la manifestaci�n por la mesa de partidos, sino que pas� la ma�ana del s�bado tratando de buscar motivos para prohibir la convocada por los derechos civiles y pol�ticos. Tras no lograr m�s que �sospechas�, encarg� a las FSE que la vigilaran y grabaran. La Polic�a observ�, aparentemente, a distancia.
IRU�EA
La convocatoria ciudadana de una marcha por los derechos civiles y pol�ticos convirti� tambi�n a Grande-Marlaska en protagonista ayer por la ma�ana. Las agencias de informaci�n siguieron con detenimiento los pasos que podr�a dar el juez especial tambi�n contra esta cita. A �ltima hora de la ma�ana, se conoci� que hab�a emitido una resoluci�n en la que ped�a a la Polic�a espa�ola y la Guardia Civil que comprobaran si se trataba de una �reedici�n� de la manifestaci�n vetada.
En la citada resoluci�n, el magistrado instructor de la Audiencia Nacional admit�a que hab�a investigado con detenimiento la identidad de la persona convocante para concluir que �no consta que est� relacionada con Batasuna�. Ya�ad�a que el lema elegido ��Eskubide zibil eta politikoen alde�� �es tan gen�rico que encaja en el derecho fundamental de reuni�n�. Al parecer, no ocurr�a lo mismo con el de �Mesa para la resoluci�n ya�, elegido por los casi 40 convocantes de la manifestaci�n de los cines Golem.
As� las cosas, Grande-Marlaska no pudo emitir una resoluci�n prohibitoria, pero s� apur� una �ltima opci�n:encomendar a las FSE que, in situ, se encargara de comprobar todos los elementos de la manifestaci�n e intervenir en el caso de que considerasen que deb�a ser pro- hibida. Y, por si fuera poco, orden� adem�s grabarla para repasar despu�s si hay elementos punibles en la misma.
Los concentrados en el Parque de Antoniutti, conocedores de la resoluci�n, especulaban con la opci�n de que el mando policial se acercara a la cabeza de la manifestaci�n para comunicar los criterios de Marlaska. No fue as�; o no quiso o la multitud congregada en el lugar le hizo desistir. En algunas calles adyacentes a la Avenida del Ej�rcito s� se vieron agentes de paisano, adem�s de las siete furgonetas que abr�an la marcha y las dos que la cerraban.
Brendan McFarlane: �Hay que forzar a los gobiernos a abrir las puertas�
IRU�EA Las distintas delegaciones que durante esta semana han participado en las jornadas internacionalistas tambi�n quisieron estar presentes en Iru�ea y expresar as� su respaldo al proceso de resoluci�n. Antes de que comenzara la marcha de Antoniutti, el ex preso republicano irland�s Brendan McFarlane expres� a GARA su sorpresa ante la prohibici�n de la movilizaci�n que hab�an convocado firmantes del Acuerdo Democr�tico de Base. �En mi opini�n, es una decisi�n incorrecta; a la gente se le debe permitir que exprese p�blicamente sus opiniones y creencias pol�ticas sin miedo a que act�e la Guardia Civil o cualquier otro cuerpo policial�, resalt�. McFarlane tom� el lugar de Bobby Sands cuando �ste inici� la huelga de hambre de 1981 que cost� la vida a diez presos republicanos en la prisi�n de Long Kesh. Desde su experiencia, destac� la necesidad de �forzar a los gobiernos a abrir las puertas que en el pasado se negaron a abrir�. A muy pocos metros, el diputado boliviano Feliciano Vegamonte, que junto a los dem�s delegados portaba con orgullo la pancarta, defendi� el derecho de manifestaci�n �mediante el cual podemos dar a conocer el clamor de los pueblos�. Dos recuerdos �Pedimos la libertad de todos los pueblos �ndigenas y expresamos nuestra solidaridad hacia todos aquellos compatriotas que han sido encarcelados, han sufrido masacres, etc�tera�, manifestaba Vegamonte mientras la marcha avanzaba entre gritos por los presos. �En Bolivia nos juzgaron y encarcelaron�, resaltaba tambi�n. Cada uno de los delegados se lleva a sus pa�ses el grato sabor de esta azarosa manifestaci�n, que para muchos fue un acontecimiento, y una r�plica del monolito de Amaiur.
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