Isidro Garalde, hospitalizado en Granada por un infarto
El ondarroarra Isidro Garalde, «Mamarru», encarcelado a día de hoy en Albolote, se recupera en un centro hospitalario granadino del infarto que sufrió el domingo. Los facultativos indicaron que se encuentra fuera de peligro, por lo que en próximas horas podría abandonar la UCI. Fue el propio centro médico el que informó el lunes a la familia.
GRANADA
Tras sufrir el domingo al mediodía un infarto, el preso Isidro Garalde, Mamarru, se encuentra en el hospital granadi- no de Virgen de las Nieves. Según informó ayer Etxerat, el vecino de Ondarroa comenzó a padecer dolores a la altura del corazón, lo que motivó su traslado desde la cárcel de Albolote a unos 900 kilómetros de Euskal Herria al citado centro médico, donde lo mantienen en la UCI. En la mañana de ayer le practicaron una prueba de cateterismo, y los facultativos explicaron que el alto grado de colesterol del prisionero ha derivado en la rotura de la capa central que rodea su corazón.De todos modos, los médicos indicaron que se encuentra fuera de peligro, por lo que prevén que será trasladado a planta en las próximas horas o días. De ahora en adelante deberá seguir un tratamiento. La esposa de Garalde no supo de la noticia hasta el lunes, precisamente de fuentes del hospital la cárcel se lo comunicó más tarde. Nada más saber lo ocurrido, tanto ella como su hija se personaron en el centro hospitalario, si bien los policías españoles les negaron verlo «de malos modos», según Etxerat.
Visita de 20 minutos Ante ello, se dirigieron a dependencias policiales, y allí les dijeron que estaban fuera del horario de atención. Volvieron a personarse ayer por la mañana en la comisaría y, finalmente, sí pudieron visitarle, aunque sólo por espacio de 20 minutos. Garalde abandonó Ondarroa y se refugió en 1970, y en 1992 fue extraditado del Estado francés al español. Previamente, estuvo preso en cárceles galas durante ocho años, entre los cuales tuvo que conocer el confinamiento. A día de hoy, el ciudadano de 55 años se encuentra alejado en Albolote.
Etxerat censuró la política de dispersión, así como las demás «medidas de excepción» que padecen los presos políticos, al resaltar que «además de alimentar el conflicto, provocan la muerte y el dolor tanto en los presos como en sus allegados». Enmarcó las enfermedades en ese contexto concreto, a la vez que reivindicó nuevamente que se respeten todos los derechos que les corresponden.Anteayer, 170 personas se solidarizaron con Garalde en Ondarroa. Ayer, por los presos, se concentraron 116 personas en Bilbo y otras 46 en Arrasate.
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