El ciclismo francés se encuentra inmerso desde hace años en la búsqueda de un gran líder que cubra el hueco dejado por Jalabert y Virenque, pero un veterano como Moreau volverá a ser su gran esperanza en la general y máxime tras la ausencia de los cinco primeros del pasado año y el buen nivel dado por el corredor del Ag2R en las últimas pruebas en las que ha participado, con podios en Volta y Dauphiné, donde estuvo muy bien en la alta montaña. En Catalunya llegó el primero del grupo de los favoritos en Arcalis y en los Alpes franceses fue el corredor que mejor subió los puertos.

Unos logros alcanzados sin la presión de ser el líder de su equipo porque Ag2R planificaba el Tour con el objetivo de colocar a Mancebo en el podio y dar libertad a Moreau para que hiciera su puesto cuando el abulense no reclamara su ayuda. Ahora todo ha cambiado y Moreau es el líder único y se marca objetivos altos.

«Es importante lo que he hecho en las carreras previas porque me permite saberme en forma. Como años anteriores, he preparado la temporada para estar entre los diez primeros del Tour y creo que puedo conseguir estar más arriba aún. Me siento capaz de asumir responsabilidades y de estar con los mejores. Quiero dar una imagen ofensiva y hacer cosas importantes, como ganar una etapa en el Tour, donde sólo he logrado el prólogo del 2001. Ver a Moncoutie ganar dos etapas en los últimos años es muy positivo, prefiero eso que ser el mejor francés de la general», manifiesta Cristophe Moreau.

Una teoría que hace suya el manager del Cofidis, que ganó dos etapas en el Tour del 2004 con O’Grady y Moncoutie, que repitió en el 2005, y ya ha conseguido su objetivo con Casper este año. Claro que a Cofidis le piden que Chavanel se confirme como la esperanza francesa. Su manager, Francis Van Londersele, explica a GARAque ese deseo de tener en su corredor el hombre Tour que reclama el ciclismo francés le perjudica: «Hay demasiada presión. El se mete demasiada presión, la prensa francesa mete demasiada presión sobre él y es necesario que Sylvain aprenda a digerir esa presión. Mi trabajo consiste en que no soporte demasiada responsabilidad, no hay que meterle tanta presión como la prensa francesa hace de forma exagerada».

De cara al futuro entiende que Chavanel «es un corredor más capacitado para ganar carreras de una semana o de un día que le pueden ir bien como San Sebastián, Zurich o Lieja-Bastogne-Lieja. Pero en una carrera de tres semanas se necesita mucha fortaleza mental y física y no veo que un corredor francés pueda brillar a ese tipo de nivel. Es mejor tener objetivos más bajos o diferentes y conseguirlos antes de plantearse hacer entre los diez primeros en el Tour y no lograrlo».

El gran problema

«El gran problema es que Francia tiene necesidad y quiere que salga un buen corredor para el Tour capaz de sustituir a Fignon, Anquetil e Hinault y no lo hay ahora. Es mejor hacer una buena carrera y conseguir buenos triunfos en el Pro Tour que pensar que puedes ganar el Tour cuando no hay en el ciclismo francés corredores capacitados para hacerlo», explica.

«Para Cofidis ­sigue Van Londersele­ el objetivo es sobre todo intentar ganar al mínimo una etapa cada año y lo hemos conseguido en los últimos tres. Tenemos posibilidades de ganar buenas etapas en el Tour como hemos demostrado y no tenemos un hombre para luchar por la general porque exige mucha implicación todos los días. Y para hacer décimo en el Tour no es muy interesante, es mejor trabajar para ganar una o dos etapas. Siempre nos ha ido bien. Desde hace tres años conseguimos estos objetivos».

Mientras tanto. el ciclismo francés apunta otros tres nombres que pueden pelear por una clasificación entre los primeros de la general de la gran pueba en los próximos años.

El líder de La Française, Sandy Casar, ha logrado dos buenos puestos en el Giro, este año ha sido sexto aunque ayudado por una escapada, y fue decimosexto en el Tour del 2004. Pero, también prefiere ganar una etapa tras sus dos segundos puestos del 2005.

«Hay otras carreras»

«Entrar entre los cinco primeros es muy difícil para mí. Puedo estar entre los veinte, pero nadie se acuerda de eso, al contrario de lo que sucede con los ganadores de etapa. Siempre tengo ganas de hacerlo bien en el Tour porque es la carrera más importante, pero hay otras en la temporada», recuerda Casar, que ayer se despidió de cualquier opción a una plaza de honor con la caída sufrida a pocos kilómetros de meta y que además ha dejado muchas energías para lograr su sexto puesto del Giro.

Allí ha brillado en la montaña en su primera grande John Gadret (AG2R), un corredor de 26 años que acabó decimocuarto en Romandía. También destacó en la prueba suiza Remy di Gregorio (La Française), al que Madiot subió a profesionales con 19 años la pasada temporada y que en ésta ha subido con los mejores los puertos alpinos de la Dauphiné. Ahora sólo necesita que no se le presione como a Sylvain Chavanel. -