ROMA
Stefano Palazzi, fiscal de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) en el proceso por un presunto fraude deportivo en el calcio, ha solicitado que la Juventus de Turín sea descendida a la Serie C una categoría similar a la Segunda B, además de ser penalizada con seis puntos en el campeonato en el que sea inscrita.Junto a ello, la petición del procurador incluye la revocación de los títulos ligueros obtenidos por la Vecchia Signora durante las dos últimas campañas, la 2004-2005 y 2005-2006.
En menor grado, aunque no por ello menos duras, las sanciones solicitadas por Palazzi para Milán, Lazio y Fiorentina también exigen el descenso de estos tres equipos, en este caso a la Serie B, la Segunda División italiana.
A los rossoneros se les descontarían además tres puntos, mientras que al Lazio y la Fiorentina se les penalizaría con 15 puntos menos al inicio de la competición.
En lo que se refiere a los dirigentes encausados, se pedirá la inhabilitación por cinco años con petición de expulsión y una multa de 5.000 euros por cada acto ilícito cometido para varios de ellos.
En concreto, para Luciano Moggi, ex director general de la Juventus; Antonio Giraudo, ex administrador delegado de este mismo club; Diego y Andrea Della Valle, propietario y presidente de la Fiorentina; Sandro Mencucci, directivo de ese mismo equipo;Claudio Lotito, propietario y presidente del Lazio; Franco Carraro, ex presidente de la Federación Italiana de Fútbol; e Innoccenzo Mazzini, ex vicepresidente de la FIGC.
Berlusconi: «Móvil político»
Adriano Galliani, presidente de la Liga Profesional y administrador delegado del Milán, tampoco ha quedado al margen. El fiscal ha solicitado para él dos años de inhabilitación.
Palazzi también ha pedido sanciones e inhabilitaciones para varios colegiados, jueces de línea y encargados de designaciones arbitrales en la competición italiana.Silvio Berlusconi, propietario y presidente del Milán y ex presidente del gobierno italiano, se mostró, por su parte, «indignado» con la petición del fiscal federativo, apuntando que la iniciativa tiene «un móvil político».
«Estoy aterrorizado e indignado por la petición de la acusación. El Milán nunca ha recibido favores arbitrales; es más, ha sido víctima de favores arbitrales concedidos a otros clubes», aseguró Berlusconi.
El presidente del Milán, cargo que recuperó hace un par de semanas, consideró que le es «difícil no ver en esta aburrida y desproporcionada petición de la acusación un móvil y una voluntad política absolutamente inaceptable en el ámbito del deporte».
«El delegado arbitral del Milán (Leonardo Meani) sólo ha protestado y solicitado la designación de jueces de línea correctos. El descenso es una sanción congruente sólo si han existido tratamientos de favor en la realidad del campo o si se ha alterado el resultado de un partido», afirmó.
Berlusconi destacó que el Milán «está en el primer lugar en Europa en la clasificación oficial de los clubes y tiene el gran mérito de tener y haber tenido siempre alto el prestigio del fútbol italiano».
