Hoy se celebrará, Garzón mediante, la primera reunión oficial entre dirigentes del PSE y de la izquierda abertzale. Las fotografías de los anteriores encuentros son en blanco y negro y se remontan a los primeros años de la Reforma.

Tiene, sin duda, importancia el mero hecho de que dos formaciones con visiones tan diferentes ­decir contrapuestas no es exagerar­ de la realidad vasca decidan sentarse a dialogar, a debatir y a negociar. Y marca, además, un punto de inflexión en el proceso político abierto en Euskal Herria. No es el primero, pero es un hito, sin duda.

Antes fue el acto de Anoeta y la propuesta de Batasuna. El Gobierno español saludó la iniciativa ‘Orain herria, orain pakea’ y dio pasos suficientes para que ETA decretara una tregua de carácter permanente en orden a impulsar un proceso que ha ilusionado a la inmensa mayoría de la sociedad vasca y que, en definitiva, abre los candados con que los autores de la Reforma del franquismo quisieron cerrar el marco jurídico y político que limitaba la capacidad de decisión de los vascos e imponía, además, su fragmentación territorial, social, cultural, política y económica.

Las dificultades se han ido sucediendo en estos cuatro apasionantes meses. No han faltado intervenciones judiciales, policiales, amenazas, detenciones, conculcaciones flagrantes de derechos en las cárceles... pero la determinación de los agentes que impulsaron el proceso ha sido determinante a la hora de mantener viva la llama de la esperanza, con el rumbo fijo y una mayoría social que, lejos de desinflarse, pudiera decirse que crece en número y en convicción.

Rodríguez Zapatero, con las palabras medidas, ha reconocido el derecho que asiste a los vascos a decidir y ha prometido que respetará lo que de esa decisión resulte. Lo ha hecho con términos calculados, sin perjuicio de su marco legal y, tal vez, con la mala idea de repetir una suerte de Abrazo de Bergara. Si así fuera, el primero en lamentarlo sería el propio Zapatero y las víctimas seríamos todos, vascos y españoles.

A fecha de hoy sólo tenemos una foto, en color, de independentistas y españolistas reunidos en torno a una mesa. No es la panacea, ya lo sé, pero ya hay una mesa, que no es poco. ¿Por qué se han dolido tanto los que siempre han negociado y pactado con PSOE, PP, UCD...?

Buena señal.