Empiezan los Sanfermines 2006
Gora San Fermin!
·El cohete abre la espita festiva en Iru�ea y da paso a 204 horas de juerga sin freno
La fisonom�a de Iru�ea comenz� a cambiar ayer con la llegada de miles de visitantes y el multitudinario �encierro� de PETA, pero ser� hoy cuando todo cambie definitivamente. A las 12.00, el concejal de Aralar Xabier Eskubi lanzar� el cohete que da inicio a ocho d�as y medio de fiesta total y completa, la mayor y la m�s popular de Euskal Herria. Desde hoy hasta el domingo, se presume que una multitud tomar� las calles, aut�nticas protagonistas de la fiesta, y m�s a�n cuando se anuncia una excelente temperatura para el fin de semana. Despu�s habr� ocasi�n de disfrutar sin tantos agobios. Frente al anquilosamiento del programa de fiestas oficial prepa- rado por el Ayuntamiento de Iru�ea, en esta ocasi�n se anuncia un amplio conjunto de actos eminentemente alternativos y euskaldunes.
IRU�EA
M�s de un millar de personas denunciaron ayer por las calles de Iru�ea la �tortura� a la que se someten los 48 toros que, a�o tras a�o, despu�s de recorrer las calles iruindarras, pierden la vida de una manera �cruel y sangrienta�.La carrera se desarroll� con relativa normalidad, a pesar de la prohibici�n que en un primer instante se quiso imponer desde el Consistorio, bajo el pretexto de que las calles por la que iba a circular dicho encierro estaban ocupadas por otros actos organizados por un ente privado. Sin embargo, una decisi�n del Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa (TSJN) concluy� que ambos actos erahn compatibles, por lo que el encierro de PETA se celebr� aunque fuera por otro recorrido. En un ambiente festivo marcado por el ritmo incesante de la batucada, las cerca de mil personas cambiaron su recorrido habitual del encierro por otro alternativo que, desde Santo Domingo, accedi� a la calle Aldapa, plaza Navarreria, Mercaderes y Calderer�a, hasta llegar a la plaza de toros.
Amplio dispositivo policial
En consonancia con la multitud congregada, la presencia policial tambi�n fue importante. Tal vez el temor a que el cambio de recorrido suscitara alguna otra actividad no prevista, fuera el causante de que ocho dotaciones de la Polic�a espa�ola y varias decenas de polic�as municipales de Iru�ea custodiaran el acto.
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