PORTUGAL 0
FRANCIA 1
BILBO
Zidane tendrá la oportunidad de despedirse del fútbol en activo por todo lo alto. ¡Que más se puede pedir que disputar la final de un Mundial antes de poner fin a su carrera! Algunos le querían jubilar, pero él ha demostrado que si se va es porque quiere. Quizá le falte la motivación que ha tenido a partir de las eliminatorias. Ha ganado todo durante su trayectoria, pero puede terminar con una guinda memorable. Las críticas de la prensa sobre todo la española despertaron el resurgir de un crack que puede decir adiós después de ganar un Mundial. Pero para eso tendrá que pasar por encima de Italia. No será fácil.
Sin lugar a dudas su reaparición ha sido lo más positivo de un campeonato en el que los llamados a triunfar han defraudado. ¿Dónde están los Ronaldinho y compañía? Se fueron, pero Zizou sigue en pie. Los viejos rockeros nunca mueren.
Aunque los primeros compases estuvieron repletos de intensidad ya que los dos conjuntos salieron motivados y con la intención de buscar la portería rival. El partido se convirtió pronto en un soberano tostón en el que los defensas se impusieron a los delanteros. Salvo en unos minutos de descuento en los que Barthez se apuntó a darle emoción al encuentro, Francia hizo su partido y le salió todo a pedir de boca.
El combinado galo se parece mucho en su estilo a Italia y poco a poco fue cediendo la iniciativa a un conjunto luso que pese a disfrutar más de la posesión había perdido chispa arriba. Figo y Cristiano Ronaldo intercambiaban sus posiciones sin lograr ningún resultado porque los galos estaban sobrados en defensa.
La aparición de Henry
La pérdida de peso de Deco en el juego portugués coincidió con las periódicas apariciones de Zidane. Sin llamar mucho la atención, el astro de Marsella dejó un par de detalles para demostrar que sigue vivo. Pero Francia también cuenta con otra estrella de primer nivel como es Thierry Henry. El delantero del Arsenal se fabricó un penalti gracias a una genialidad suya dentro del área y Zidane no perdonó. Los franceses tenían la semifinal donde querían.Portugal buscó la igualada con ahínco hasta el final del primer periodo. Metió presión, pero Francia salió indemne gracias a su buen hacer en la retaguardia.
Pero si algo destaca en la selección francesa por encima de sus individualidades es la solidez del bloque. El conjunto galo es rocoso y apenas cede ocasiones a sus rivales. Se le puede criticar quizá su falta de pegada en los últimos metros, pero el sistema defensivo es de sobresaliente.
Decían que estaban viejos, olvidando que llevan muchos años jugando juntos y se compenetran a la perfección. Los seis jugadores que llevan las riendas del equipo en defensa son de lo mejorcito que hay, por no decir lo mejor, en labores de contención. Vieira y Makelele no dejan ni respirar a los creadores rivales y se comen todo el campo.
Sólo falla Barthez
Su derroche físico es impresionante. Desde esa
posición nace su fortaleza en la retaguardia, pero Thuram y Gallas tampoco es
que sean moco de pavo en el centro de la defensa. Sagnol y sobre todo Abidal en
la izquierda tampoco se quedan a la zaga. Su único lunar está en la portería.
Barthez volvió a ofrecer una bonita cantada, pero como apenas le chutan ni se
notan sus carencias. Si a todo eso le unes la calidad de Henry y Zidane se
entiende el «milagro» de una selección que la mayoría daba por muerta. Portugal
no pudo ni siquiera inquietar a una Francia que tuvo cerca el segundo en varias
contras y acabó desesperada.