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Gara > Idatzia > Ekonomia 2006-07-09
Empresarios insaciables
Los empresarios reclaman reducir el pago enel Impuesto de Sociedades. Un informe de CIOSL reconoce que las empresas pagan cada vez menos impuestos, pero no se traduce en un aumento de inversiones ni de empleo, sino de beneficios para sus bolsillos.

Asistimos a la mayor provocación por parte de los empresarios de los últimos años:cada vez obtienen mayores beneficios y ganancias pero, sin embargo, insisten en que los salarios de los trabajadores no deben aumentar y, dentro de ese ámbito, reclaman una mayor reducción de los impuestos que pagan. No está ocurriendo sólo en Euskal Herria, sino que esta resolución desmedida está presente a nivel mundial desde hace décadas. Quien más posee, paga menos.

La crisis del capitalismo fue resuelta por parte de las multinacionales con la puesta en marcha de la deslocalización de empresas, lo que originó la apertura de nuevos centros de trabajo por todo el mundo, sobre todo donde el coste de la mano de obra es más baja y la explotación del trabajador no tiene trabas.

Más tarde a ese nuevo circuito trazado por los más poderosos de la tierra para romper las fronteras económicas de cada país, se le denominó globalización. Estamos en ella. Se ha convertido en un círculo del que es casi imposible salir. La característica más destacada de la misma es que permite que los capitales financieros se muevan libremente, al contrario de lo que ocurre con las personas, que no cuentan con esa libertad. Las grandes compañías mandan ya más que incluso muchos gobiernos.

Amenaza para la libertad

Existe un claro predominio de los mercados financieros sobre la política de los pueblos, lo que en realidad es una amenaza para su libertad y para el mantenimiento de la protección social. Esta semana la Confede- ración Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL)ha publicado un infortitulado “Cuando se tiene el oro y el moro. Las exenciones impositivas de que gozan las grandes empresas”. En el mismo se concluye que en las dos últimas décadas los impuestos hacia las empresas han bajado del 45 al 30%. «Si los impuestos a las empresas siguen disminuyendo al ritmo actual, para mediados de este siglo llegarán a cero», indica el informe sindical internacional.

Un dato relevante muestra que los países en desarrollo pierden anualmente 40.000 millones de euros debido a los paraísos fiscales. También recuerda, entre otros muchos ejemplos, que de las 275 más grandes empresas de los Estados Unidos, «82 no pagaron ningún impuesto o, inclusive, recibieron reembolsos en, por lo menos, un año entre 2001 y 2003». Las estimaciones oficiales reconocieron que en 2001 se perdieron 42.000 millones de euros en concepto de recaudación impositiva «sólo por transferencia de precios entre las empresas con matriz en ese país y sus filiales, muchas de ellas ubicadas en paraísos fiscales, precisamente para eludir los impuestos». De hecho, el informe cita a varias empresas como Boeing, Halliburton, Morgan Stanley, Pepsi, Citigroup y Xerox , entre otras, que están constituidas en paraísos fiscales o tienen en ellos gran parte de sus filiales. «Esto les permite declarar menos ganancias de las que tienen y sobre las que pagan impuestos, al tiempo que se benefician con dinero de los contribuyentes a través de contratos gubernamentales», precisa el trabajo.

Según cita el informe, ese traslado de pérdidas o ganancias entre filiales de un país a otro es una práctica habitual. «Empresas de Estados Unidos compraban baldes de plástico de la República Checa a 972 euros cada uno;repasadores de algodón de Pakistán a 154 dólares cada uno; mientras que vendían neumáticos de autobuses y camiones a Gran Bretaña a 11,74 dólares cada uno;monitores de vídeo a Pakistán a 21,90 dólares; edificios prefabricados a Trinidad, por 1,20 dólares; a 1.870 dólares

CIOSLadvierte ante esta actuación extendida que «si realmente desean que sus sociedades tengan un futuro soste- nible, los gobiernos deben detener esa manía de competir en materia de impuestos» y solicita a los gobiernos para que cooperen entre ellos y con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)«a fin de colmar las lagunas legales que permiten que las empresas puedan llevar adelante este tipo de comportamiento», según explicó Guy Ryder, secretario general de CIOSL.

Para esta organización, los gobiernos justifican «la guerra impositiva de desgaste» bajo la fórmula de que «necesitan atraer inversiones extranjeras directas». Ofrece una serie de datos que confirman la exención de impuestos a las empresas y la reducción de los tipos que deben pagar: «Gran Bretaña ha reducido el 15% desde los años ochenta; Italia, un 22%; mientras que en Alemania bajaron un 41%, un 43% menos en Japón y un 53% en Estados Unidos desde finales de los años sesenta del pasado siglo».

Sin resultados inmediatos

El informe insiste que «no existe ninguna correlación entre las generosas exenciones de impuestos a las empresas y el aumento de las inversiones» y advierte que «por el contrario, los estudios demuestran que las empresas que se beneficiaron con tal generosidad devolvieron el favor reduciendo sus inversiones y marchándose a otros países, además de pagar menos a los trabajadores».

En Hego Euskal Herria estamos asistiendo precisamente a la presión desde la patronal para que se reduzca la tasa del Impuesto de Sociedades que, aunque está por debajo del existente en el conjunto del Estado español, la diferencia no es tan pronunciada como precisan los empresarios. En Nafarroa el tipo de gravamen se encuentra a nivel español, con el 35%, mientras que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa está en el 31,6%, aunque está pendiente de recursos judiciales.

Está claro que existe una traslación del pago de impuestos hacia las rentas de trabajo y, por otro lado, se está impulsando esa presión hacia los impuestos indirectos, lo que provoca una desigualdad elevada debido a que las diferencias salariales son enormes, y por lo tanto el pago de IVAno es igual para un trabajador que obtiene un salario neto anual de 12.000 euros que un directivo que logra un sueldo por encima de los 75.000 euros netos anuales.

Confebask hace tan sólo unos días ha reclamado precisamente la equiparación de los tipos del Impuesto de Sociedades a nivel de la Unión Europea. A su juicio, el tipo medio en la UE de los Veinticinco se encuentra en en el 24,4%, aunque se eleva al 27,4% si sólo se tienen en cuenta el grupo de quince de la Unión Europea.

La realidad, como ya lo saben los propios empresarios, es que no hay empresa que cotice por el 32,6% en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa o del 35% en Nafarroa. Los últimos datos cerrados de las cuentas de las haciendas forales determinan, como así determina el Registro español de Economistas y Asesores Fiscales (REAF). Valentí Pich y Leopoldo Pons reconocen que el Impuesto de Sociedades favorece más a las grandes empresas que a las pequeñas, dado que el tipo efectivo que pagan las empresas no supera el 21,22%, es decir 11,4 puntos menos que el baremo fijado en 32,6%, y las empresas medias y pequeñas lo hacen a un 27,38%, es decir 5,22 puntos menos. De media, pagan un 24,3%, ocho puntos por debajo de lo estipulado, es decir en los niveles de la UE-25. Los responsables del REAF, sin embargo, reconocieron que «nuestra sorpresa es que el tipo efectivo que pagan las empresas es inversamente proporcional a su facturación: quien más factura, paga menos porque tienen un mayor acceso a los beneficios fiscales». En este caso, hay que recordar que cada año los gobiernos de Gasteiz e Iruñea contabilizan en este capítulo una cantidad importante, que perdonan a los empresarios. Entre 2002 y 2006 esa cantidad entre las haciendas vascas ha supuesto un ahorro en el pago de impuestos a los empresarios del entorno de los 2.200 millones de euros.

Cabría preguntarse si esta situación se ha producido porque las empresas están en crisis. La respuesta nos lleva a que en ese período de tiempo las empresas han obtenido un incremento en sus beneficios del 82,5%, mientras que en el primer trimestre de este año han logrado unas ganancias del 32,4% respecto al mismo período del año pasado, según los datos del Banco de España. Sin embargo, los datos oficiales de la OCDEreconocen que los salarios reales de los trabajadores permanecieron estancados en los últimos doce años, una vez que descontaron el pago de impuestos y el efecto negativo de la inflación.

Lo que está cada vez más claro es que los empresarios vascos no quieren dejar escapar la oportunidad de lograr más beneficios, igual que está ocurriendo en el resto del mundo. De hecho, el informe de CIOSL reconoce que «la continua tendencia hacia un mercado laboral mundial ha permitido al capital tener un dominio no igualado desde la revolución industrial e hizo que las ganancias alcanzaran el mayor nivel de las últimas décadas».

Beneficio Multinacional

La organización sindical internacional añade que «con las actuales reservas mundiales de mano de obras, las evoluciones tecnológicas y las oleadas de liberalización y desreglamentación de los mercados, el contexto actual se caracteriza por salarios estanca- dos y ganancias al alza».

Advierte que el futuro inmediato «presenta el mismo panorama» y llama la atención a los gobiernos porque «basarse en los ingresos y gastos de los asalariados para financiar, incluso, partes más amplias que las finanzas públicas provocará un vaciamiento de los presupuestos o una disminución de los ingresos de los trabajadores».

En este contexto de reducción del Impuesto de Sociedades para las empresas, la CIOSLrecuerda que las empresas multinacionales «pagan unos impuestos muy inferiores o ningún impuesto debido, entre otras cosas, al aumento de los paraísos fiscales. Estamos ante un futuro donde las ganancias de las empresas estarán de tener que destinarse a algún tipo de contribución pública».

En el análisis de la organización sindical se reconoce que durante los últimos veinte años las empresas multinacionales aumentaron la movilidad debido a las reducciones impositivas que se están produciendo para atraer las inversiones económicas. Recuerda que en la treintena de los países de la OCDE, los índices de impuestos a las presas se redujeron en los últimos veinte años de un 45% a un 30% de media, aunque en el último quinquenio esa disminución se intensificó al 28,6%, salvo algunas excepciones como Suecia y Estado español, aunque el segundo utiliza los beneficios fiscales y bonificaciones para reducir de forma efectiva el pago de impuestos a las empresas.

La CIOSL recuerda, por otro lado, que la atracción de multinacionales no sólo se hace por la vía de la reducción de impuestos, sino que también se producen condiciones especiales como las «vacaciones fiscales», que durante un tiempo estuvieron presentes en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Las empresas que accedieron a las mismas no debían pagar impuestos en una década.

Alta permisividad

Estados Unidos es un ejemplo claro de permisividad y liberalización de impuestos a las empresas. La organización sindical internacional recuerda que las 275 empresas mayores «han aprendido a esquivar los sistemas fiscales». En 1988 pagaban un índice efectivo en el impuesto a las empresas del 26,5%;en 1998, bajó al 21,7%; en 2001, al 21,4% y en 2003, se situó en el 17,2%. Entre 2001 y 2003, 82 de esas empresas no pagaron «ningún impuesto y, a cambio, recibieron ayudas».

En 2003, 46 de esas empresas «no pagaron nada u obtuvieron un reembolso, aunque habían comunicado que tenían ganancias de 33.500 millones de euros». Además, las 275 empresas «comunicaron orgullosas a sus accionistas que habían superado 1,1 billones de dólares de ganancias antes de pagar impuestos, pero la realidad demostró que sólo comunicaron unos beneficios por la mitad de las ganancias. La otra mitad se escondió con éxito», concluye el informe sobre impuestos.

Esta situación también se produjo en GranBretaña donde las 50 empresas más grandes pagaron 30.000 millones de euros menos de lo que les correspondía por sus elevadas ganancias entre 2001 y 2004.

Al final, los empresarios tratan siempre tratan de pagar menos impuestos y salarios.-


 
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