Dulce despedida para el anfitrión
GASTEIZ
Tres disparos fortísimos, dos de ellos entraron directos y el otro tras un intento de despeje de Petit, en la segunda mitad de Bastian Schweinsteiger el jugador del que prescindió Klinsmann en la semifinal ante Italia sirvieron a Alemania para despedirse con un buen sabor de boca de su Mundial. Para que la fiesta, con una afición volcada como durante todo el campeonato, fuera completa sólo faltó que Miroslav Klose, extrañamente sustituido en la segunda mitad, lograra un gol con el que asegurarse el galardón de máximo goleador que probablemente logrará hoy, ya que cuenta con dos goles de ventaja con respecto a Thierry Henry, el finalista con más tantos.
Superado el chasco de verse fuera de la final, el ímpetu alemán consiguió que la final de consolación terminara con tono festivo gracias a la potencia de disparo del jugador del Bayern de Múnich, que marcó la diferencia ante una Portugal que adoleció de la falta de pegada que ha demostrado durante todo el campeonato. Nuno Gomes, desaprovechado hasta el último cuarto de hora de ayer, pudo por lo menos recortar en la recta final del partido un marcador que parecía excesivo, porque los de Scolari no fueron tan inferiores a los alemanes ayer en Stutgart.
Con muchas más razones para la motivación, Alemania, pese a los cambios en la alineación, salió intensa y con ganas, pero no consiguió conectar con Miroslav Klose para abrir el marcador. Sin demasiadas ataduras tácticas,Portugal se sumó y tuvo también sus opciones pero la primera mitad terminó con oportunidades aunque sin que nadie lograra adelantarse.
Superada la efervescencia inicial del anfitrión, Portugal se estaba haciendo con el control del partido tras el descanso con la entrada de Petit, pero sólo hasta que apareció Schweinsteiger, jugador decisivo en la consolación con dos magníficos goles. Figo, en su adiós, dio el gol del honor a Nuno Gomes y endulzó también la despedida de Portugal.
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