Oriente medio en llamas
El Gobierno libanés dice ahora que el Ejército «va a responder» a la agresión
El Gobierno libanés anunció ayer, tras una reunión del consejo de ministros, que «el Ejército tiene derecho a defenderse y va a responder, cualquiera que sea su sacrificio, para hacer frente a Israel y a su agresión». El anuncio llega después de una nueva jornada de bombardeos israelíes sobre todo tipo de objetivos, que incluyó la destrucción de dos cuarteles militares al sur de Beirut. La ofensiva israelí en Líbano entrará en su segunda semana con un saldo de al menos 255 muertos, 230 del lado libanés, la mayoría civiles, y 25 israelíes, 12 de ellos soldados. Occidente da más tiempo a Tel Aviv.
BEIRUT
Los aviones de combate de las Fuerzas Aéreas de Israel siguieron bombardeando ayer: al menos 13 civiles, todos ellos miembros de dos familias, y 14 soldados libaneses muertos.Mientras, los cohetes lanzados por la resistencia libanesa contra ciudades del norte de Israel terminaron con la vida de una persona en Nahariya. Según el Ejército israelí, entre el 40% y el 50% de la capacidad militar de la milicia ha sido destruida en los seis días de bombardeos. Al ritmo actual, según los cálculos de la fuerza agresora, necesitará al menos otra semana para conseguir que Hizbula deje de ser «una amenaza» para Israel. Sin embargo, el subjefe del Estado Mayor israelí, teniente general Moshe Kaplinsky, declaró a la Radio del Ejército israelí que la ofensiva podría concluir «en cuestión de semanas». Israel, con el apoyo de las grandes potencias a las que por ahora sólo parece preocupar la evacuación de los suyos, sigue con su ofensiva y afirma que sólo considerará un intercambio de presos con Líbano para conseguir la liberación de sus dos soldados cuando haya completado su operación militar, según señaló el ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter. Del lado contrario, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, acusó a Israel de abrir «las puertas del infierno y la locura» a su país, en una entrevista a la BBC. Asimismo, urgió a Hizbula a liberar a los dos soldados capturados, pero valoró que la respuesta de Israel a la crisis ha sido «desproporcionada». Además, el presidente libanés, Emile Lahud, dejó claro que su Gobierno nunca entregará al líder de Hizbula, Hassan Nasrallah, ya que, en su opinión, éste consiguió la liberación de su país junto al Ejército libanés. El Ejército continuó bombardeando el sur libanés y los barrios de Beirut, en especial la zona chií de Dahia, donde está el cuartel general de Hizbula, así como la región cristiana de Biblos, donde se refugian miles de residentes de otras zonas huyendo de las bombas. La aviación israelí también lanzó sus misiles de madrugada sobre cuarteles del Ejército libanés cerca de Beirut, no lejos del palacio presidencial, además de en la ciudad de Cana, en la región sur de Tiro, donde la población pidió ayuda para sacar a las víctimas de los escombros de los edificios afectados. Entre los últimos muertos figuran al menos catorce militares que fallecieron en el bombardeo de los cuarteles de Yamhur e Ifashima. El ataque a los acuartelamientos sorprendió a los soldados cuando dormían. En el de Yamhur, «mientras algunos socorrían a las primeras víctimas de los ataques enemigos, les dispararon de nuevo, lo que explica el elevado número de víctimas», explicó un alto responsable militar que pidió no ser identificado. Ayer se informó de que dos miembros indios de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL) están en paradero desconocido tras el bombardeo israelí del pasado domingo en Tiro en el que fallecieron cinco personas. La televisión de Hizbula, Al Manar, informó de que la aviación israelí volvió a bombardear el edificio central de esa emisora, pese a lo cual seguía ofreciendo su versión de la guerra con aparente normalidad.
Un millón de personas dejan sus viviendas en Líbano
BEIRUT Hasta el momento, más de un millón de personas podrían haber abandonado ya sus viviendas en Líbano, cuyo Gobierno ha empleado cincuenta millones de dólares en ayudar a los refugiados desde el inicio de la contienda, según cifras del ministro de Finanzas libanés, Yihad Azu. Ante esta situación, Naciones Unidas prepara «a contrarreloj» una petición urgente de fondos para atender la «profunda crisis humanitaria» que afronta Líbano, según anunció el subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland, quien declaró que en este conflicto «se está atacando a la población civil y ya ha provocado decenas de miles de desplazamientos». La propia ONU, de hecho, está evacuando a su personal considerado «no necesario» en Beirut debido a los ataques aéreos del Ejército israelí sobre la capital libanesa, informó en Ginebra el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Entretanto, Al Fatah y el primer ministro palestino Ismail Haniyeh, cada uno por su lado, coincidieron en reclamar una solución global para la región. Al Fatah pidió que se convoque una conferencia internacional para examinar la actual situación de violencia en Oriente Medio, la cual se centre en la manera de aplicar la «iniciativa saudí» aprobada por la Liga Arabe en 2002 y la Hoja de Ruta. «La iniciativa de paz árabe que prevé el reconocimiento de Israel a cambio de que se retire a las fronteras del 67 es la verdadera base para reavivar el proceso de paz y para detener al Gobierno israelí».
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