KABUL
La ofensiva lanzada por las fuerzas extranjeras en el sur de Afganistán no ha impedido a la resistencia afgana tomar el control de los distritos de Garmsir, fronterizo con Pakistán, y Naway-e-Barakzayee, en la provincia de Helmand (sur).Así lo reconoció ayer el Gobierno sostenido por EEUU de Kabul en una rueda de prensa. Esta noticia coincidió con la difusión de un comunicado de las tropas extranjeras, que lidera EEUU, que asegura haber logrado «desbaratar a las fuerzas talibanes en el sur del país» y afirma el «éxito» de la ofensiva iniciada a finales de mayo en las provincias sureñas de Helmand, Kandahar, Uruzgan y Zabul. Los ocupantes extranjeros dicen que en esta operación han matado a 800 resistentes.
Según dijo el portavoz de Karzai, Mahammad Karim Rahimi, «el distrito de Garmsir ha caído tras 16 días de intensa lucha en la que los talibanes han usado artillería pesada». Rahimi añadió que «después de que los últimos 42 policías abandonaran el distrito, ocho coches llenos de hombres armados cruzaron la frontera desde Pakistán, entraron en territorio afgano y tomaron el control» del distrito.
Según el escritor y analista político afgano Qasim Aghar, «no es ninguna sorpresa que los talibanes hayan capturado dos distritos. No es gran cosa, tienen suficiente poder como para hacerse con una provincia entera del sur de Afganistán si quieren. Pero saben que al final perderán y les matarán con los bombardeos aéreos de EEUU».
En opinión de Aghar, «esto es sólo una forma de mostrar su poder y alarmar al Gobierno», y añadía un tanto optimista que «pronto perderán el poder».
Sin embargo, Aghar resalta que los extranjeros han cometido un error al enviar a los británicos a luchar en Helmand, una provincia en la que sufrieron su peor derrota durante la guerra anglo-afgana (XIX), «este hecho ayuda a los talibanes a conseguir el apoyo de los ciudadanos contra la coalición».