Mikel Urkia regresa a Errenteria tras ser expulsado
·Tras cumplir la condena de seis años, fue conducido al paso fronterizo de Port Bou
Mikel Urkia quedó ayer en libertad tras cumplir la condena impuesta por París y ser expulsado del Estado francés. El preso errenteriarra, que ha permanecido 31 días en huelga de hambre, fue conducido por policías franceses al paso fronterizo de Port Bou. Allí le aguardaban amigos y familiares.
ERRENTERIA
El preso político de Errenteria Mikel Urkia regresó ayer a su localidad tras haber quedado en libertad en el paso fronterizo de Port Bou. Hasta allí y a la Junquera se desplazaron una treintena de amigos y familiares divididos en dos grupos. Los doce allegados que se dirigieron a Port Bou en tres vehículos tuvieron que sortear varios controles policiales, según informó Askatasuna. Aunque el primero lo pasaron sin problemas, en el segundo agentes de la Policía española registraron sus coches al tiempo que les requisaron la documentación. En la zona también pudieron ver a efectivos de la Guardia Civil y la Gendarmería. Uno de los agentes, vestido de paisano, les indicó que, mientras confirmaban sus datos personales, siguieran a uno de los furgones.
Andando el último kilómetro
Ante la pregunta de uno de los amigos de Urkia de qué iba a pasar con él, un policía les di- jo que iba a quedar en libertad «porque no tiene nada pen- diente» en el Estado español. No obstante, y pese a que el prisionero cumplía ayer 31 días en huelga de hambre,tuvieron que quedarse a un kilómetro del paso fronterizo. «Tranquilos, ya os avisaremos cuando llegue, no le vamos a detener», les comentó un agente.Una hora más tarde, les devolvieron la documentación al tiempo que les dijeron «vuestro compañero baja ahí andando». Ese kilómetro, por tanto, lo tuvo que hacer a pie a pesar de haber perdido, al menos, quince kilos durante su protesta. Eso sí, los últimos 300 metros los hizo en compañía de sus amigos. Una vez en el coche, se dirigieron a la Junquera, donde les esperaban el resto de allegados y todos juntos regresaron a la localidad guipuzcoana. Una de las primeras paradas fue para visitar a su padre, tras lo cual, sobre las 22.30, le tributaron un primer recibimiento en el barrio de Gaztaño. Durante el mes en que ha estado en huelga de hambre, han sido numerosas las movilizaciones que se han realizado para exigir su puesta en libertad y denunciar el riesgo que corría de ser detenido y de «sufrir torturas». El pasado día 10,una treintena de personas hicieron una marcha a la cárcel de Perpinyà, donde estaba Urkia y en la que los también presos Mikel Albisu y Marixol Iparragirre hhan hecho un ayuno de cuatro días (del día 14 hasta ayer) para denunciar «la medida de excepción» contra Urkia. A través de una nota de prensa, Askatasuna expresó su satisfacción por su puesta en libertad, al tiempo que censuró la actitud del Estado francés por «imponerle una doble condena de carácter excepcional, ya que Mikel, como cualquier otro ciudadano vasco, tiene derecho a vivir libremente en toda Euskal Herria».
|
