Miro los documentales de La 2, de ETB-1, de los canales temáticos y encuentro en las técnicas de apareamiento de los mamíferos en estado salvaje o semi, los mismos comportamientos que los que me describen algunos anuncios televisivos, pero en humanos. O humanoides. La diferencia está en los instrumentos utilizados para la caza. El resto parece provenir del mismo impulso, de eso que en otras ocasiones menos mediáticas definieron como instinto. No sé exactamente de qué instinto básico, si el de supervivencia, el de mantenimiento de la especie o el de posesión.

Lo que no encuentro en los documentales, ni siquiera en los de mayor calado antropológico o sociológico, es esta manera de apareamiento instantáneo por coreo electrónico. O por necesidades de guión. Las parejas en todas sus formas y maneras alimentan nuestros agujeros negros programáticos y lo peor de todo es que Cuatro ha estrenado el programa más hortera de toda la historia de la tele. Yo diría que es lo hortera disfrazado de estilo, o sea, una horterada estilizada. Lo patrocina además una empresa de Internet dedicada a la búsqueda de parejas, lo que nos coloca en la interacción pero en su versión más patética, porque hay secciones de urgencias de ligue que demuestran que el casting de este programa no funciona. Se llama “Amor en al red” y es de emisión diaria, al menos hasta que el programador se arrepienta y lo retire. O los números de Sofres le indiquen que todo tiene un límite, hasta la urgencia para encontrar una pareja, aunque sea para jugar al mus.

Porque parejas son también las que se ríen y muestran desconocerse en ese concursillo antiguo que presenta la anticuada Anabel Alonso. De una pareja (o dos) con claros signos de varias patologías, tiran en “A tu lado”, para rellenar horas de sofá, con Rufino y familia, una cuadrilla de vividores. Lo de la Pantoja también es una manera de hablar de los apareamientos y sus consecuencias. Y la crónica de bodas de famosos es otra versión de la misma basura. Aunque el cenit se logra con todo lo que rodea a la realeza española y sus largas y televisivas descendencias. Con Marichalar a la cabeza como abanderado. -