Antes del verano comunicamos a la empresa Amma Asistencial, adjudicata- ria del Servicio de Atención a Domicilio, de Pamplona, la convocatoria de diversas movilizaciones ante el propio Ayuntamiento y ante Caja Navarra accionista de la empresa por la negativa a satisfacer las demandas laborales exigidas por la plantilla. Para entonces habíamos hecho público el grado de precariedad padecido en la empresa pues, entre otras cosas, carecíamos de jornada y salario estables.
Antes de esas fechas habíamos decidido promover elecciones sindicales en la empresa para canalizar a través del comité las demandas laborales pertinentes. En ese periodo tuvimos que movilizarnos para exigir la readmisión de una trabajadora despedida por participar en la convocatoria de esas elecciones sindicales.
Ultimamente ha salido a la luz la anulación por parte del Tribunal Administrativo de Navarra (TAN) de la adjudicación otorgada en su día a Amma Asistencial, por no respetar las bases del concurso adjudicando el servicio no a la empresa más barata, sino a la que decidió el Ayuntamiento de Iruñea. Nada nuevo bajo el sol en esta tierra de favores a los amigos por parte de las administraciones públicas.
Pero esto que es grave, y se deben exigir las pertinentes responsabilidades políticas, no debe ocultar la práctica de las administraciones con cada vez más servicios que demanda la sociedad, como es la adjudicación a la baja a empresas mercantiles, es decir la privatización de estos servicios para el negocio de algunos. Lo que menos les preocupa son las condiciones laborales de sus trabajadores, ni la calidad del servicio prestado, se trata de, ofrecer el servicio a quien más barato oferte.
Una demanda que estamos trasladando tanto al actual Ayuntamiento como al próximo es la oposición a la privatización de los servicios públicos como la mejor forma de evitar el deterioro de las condiciones laborales y garantizar la calidad del servicio.
En todo caso estamos exigiendo que nuestras condiciones laborales se dignifiquen, y para ello demandamos ya (sin esperar a la nueva adjudicación) la equiparación laboral de nuestras condiciones a las de las personas de atención domiciliaria dependientes directamente del Ayuntamiento de Pamplona
Pero para llegar a esta situación se han tenido que dar algunos pasos: En primer lugar, una voluntad manifiesta de conseguir las reivindicaciones exigidas y, aunque bien es cierto que nuestro nivel de precariedad es muy alto, existen otras muchas situaciones en igual o peores condiciones laborales. Lo novedoso es que decidimos en su día movilizarnos por un motivo justo. El Ayuntamiento sabe que, si no se negocian nuestras reivindicaciones, en septiembre volveremos con nuevas movilizaciones.
La unidad sindical y de toda la plantilla que hemos conseguido; cuando el objetivo es la «mejora de las condiciones laborales», dejando al margen protagonismos y pugnas sindicales y promoviendo la participación de las personas afectadas a través de la información, asambleas y moviliza- ciones, las condiciones para salir bien de esta lucha son reales. Nuestra experiencia sindical la estamos fraguando con una ilusión: la consecución de las demandas laborales que dignifiquen nuestro empleo.
Somos una plantilla de más de cien personas, en su gran mayoría mujeres, y en su día decidimos sacar a la luz las graves deficiencias que aparecen en los medios de comunicación. Cuando a la vez de por demandas laborales justas se lucha también por valores que dignifican a la persona, estamos poniendo las condiciones para que al final todos ganemos, las y los trabajadores, usuarios y el conjunto de la sociedad. Está mereciendo la pena haberse embarcado en esta aventura. -