Una vecina de Pasaia fue interceptada el pasado jueves por la Policía estadounidense mientrasrealizaba una escala en el aeropuerto de Miami con la intención de continuar viaje hacia Guatemala. Sin embargo, tras 26 horas de interrogatorios por parte de agentes de distintos cuerpos policiales incluido el FBI, esta ciudadana vasca fue obligada a retornar a Euskal Herriapasando por París. Y sin saber muy bien por qué.
«Aterrizamos en Miami y nosdijeron por los altavoces que nos quedáramos en los asientos porque iba a subir la Policía. Estábamos en la parte posterior del avión y vinieron directamente hacia mí diciendo en alto mi apellido», explica a GARA esta vecina de Pasaia.
Tras ser conducida a la Aduana fue interrogado por cinco policías «que me preguntaban constantemente por cuestiones relacionadas con Euskal Herria, aunque sin concretar. Todo eran cuestiones muy generales», añade.
Aunque en ningún momento le dijeron cuál era el motivo por el que se encontraba retenida, pudo escuchar cómo un policía le preguntaba a otro por ella y éste respondía «ETA».
«Me preguntaron si había estado detenida, si tenía problemas con la Justicia, si había colaborado con ETA, si había fi- nanciado a algún colectivo que pudiera tener relación con el terrorismo y si había participado en manifestaciones en contra del Gobierno español. Lo negué todo», recuerda.
Esta vecina de Pasaia sigue sin saber cuál fue el motivo por el que le deportaron de Estados Unidos. «Me imagino que será algo relacionado con mi apellido, que hizo que saltara algún tipo de alarma», señala.
De hecho, su padre es miembro de una plataforma ilegalizada «y me dijeron que estaban esperando a un hombre de mediana edad y que se sorprendieron mucho al encontrar a una mujer joven».
ANTECEDENTES
Lo que le ocurrió a esta joven pasaitarra no es algo aislado, ya que son varios los ciudadanos vascos vinculados con la izquierda abertzale que han sufrido retenciones o deportaciones por parte de las autori- dades estadounidenses.Uno de ellos es Israel Arkonada, miembro de Askapena, quien el año pasado fue retenido en el aeropuerto de Houston cuando volvía de Nicaragua, donde había participado como invitado en los actos de celebración de la Revolución sandinista.
Según explica, le mantuvieron retenido durante horas, le registraronexhaustivamente el equipaje «hasta el punto de destrozarme la mochila» y le hicieron infinidad de preguntas sobre el motivo de su viaje a Nicaragua y sobre Euskal Herria. Cuando reclamó la presencia de un abogado, le respondieron que era un control rutinario, pese a que estaba presente un policía español. Finalmente, le permitieron regresar a Euskal Herria.
A Urko Aiartza, por su parte, no le dejaron desembarcar en Chicago, donde iba a ofrecer una conferencia sobre los derechos humanos desde su perspectiva de abogado. «No me dieron ninguna razón y me negaron la entrada al país tras un exhaustivo interrogatorio»,explica.
El presidente de Udalbiltza, Loren Arkotxa, o el historiador IñakiEgaña también han sufrido medidas similares al viajar a Estados Unidos. -