El pasado 17 de agosto, el lehendakari Juan José Ibarretxe volvía a hacer una apelación a la sociedad vasca para que participara de forma «activa y directa» en el proceso de resolución del conflicto, destacando su enorme importancia. Ayer un grupo de ciudadanos y ciudadanas, movido por «el deseo de vivir en un escenario de paz y democracia», convocaron para el próximo viernes una manifestación en Bilbo que pretende ser «un grito en favor del proceso, un clamor en pro del derecho de autodeterminación para Euskal Herria». No es la primera vez que sectores de la ciudadanía vasca toman una iniciativa de este tipo, ni cabe concluir, por supuesto, que en su decisión de dar este paso hayan influido las palabras del lehendakari, pero las apelaciones de Ibarretxe sí tienen relación con la convocatoria. Es decir, tras haber pedido la participación de la sociedad, habrá que ver cómo actúa ahora el Gobierno de Lakua ­y en concreto su Departamento de Interior­ cuando una parte de esa sociedad asume que «un nuevo escenario de paz y democracia no va a venir por sí solo» y decide pasar a la acción. ¿Remitirá el Ejecutivo de Ibarretxe la convocatoria y su resolución a la Audiencia Nacional? ¿Tratará de nuevo ese Gobierno a los convocantes como potenciales delincuentes recordándoles los límites que las leyes y los tribunales de excepción españoles ponen a sus derechos y a los de una parte sustancial de la sociedad vasca? -