GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-08-22
Martin GARITANO
El árbol del ahorcado
·LA VIDA SIGUE IGUAL (LXI)

Simón se levantó temprano, antes de visitar en Behitene a su hermana y su cuñado quería hablar con el Obispado y aclarar las dudas que pudiera tener el vicario de la Diócesis.

En estos casos, pensó, lo mejor es ofrecer la información de manera abierta antes de que los rumores terminen por ensuciarlo todo.

­El vicario no llegará hasta mediodía. Hoy por la mañana visita parroquias.

­Bien, dígale que ha llamado Simón, el párroco de Uriondo y que a mediodía volveré a llamar. A lo largo de la mañana también yo estaré ilocalizable.

El cura aprovechó la media hora de viaje hasta Basalur para poner en orden sus ideas y los acontecimientos vividos aquel verano en Uriondo. Tres jóvenes desconocidos habían muerto degollados; Miguel había sido asesinado a tiros y, al parecer, era el autor de las tres muertes anteriores; la ermita de Santa Ana estaba siendo utilizada para el tráfico de drogas y, por último, él mismo había visto su vida en peligro por un individuo que le apuntaba con una pistola. No pudo evitar que el sudor le empapara la camisa. Al llegar a Behitene su hermana se percató del detalle:

­Pero, ¿se puede saber de dónde vienes? Pero si estás empapado. No me dirás que es por el calor porque hoy.... Pasa y cámbiate. Te dejaré una camisa de Joakin.

En la cocina del caserío su cuñado desayunaba mientras escuchaba la radio.

­Egunon Joakin. Y que aproveche.

­Gracias. ¿Quieres un café?

­Pues sí. Me vendrá bien. Estoy.... no sé, destemplado.

Cinco minutos más tarde Kontxi daba cuenta al sacerdote de lo ocurrido la víspera:

­Pues como te dije, ayer por la tarde, sobre las seis, llamaron por teléfono. Era una voz de hombre y preguntó por Josefo. Hablaron poco. No más de dos minutos, eso seguro. Y cuando terminó la conversación, Josefo estaba nervioso, alterado. Dijo que se tenía que marchar y que volvería en uno o dos días. No recogió ni siquiera la zamarra.

­Y me dices que se fue andando.

­Sí, sí. Dijo que en Basalur le estaban esperando. No sé chico. Es todo tan extraño... Primero viene aquí para librarse de la tensión del pueblo; luego todas esas llamadas que le ponían tan nervioso y ahora se marcha así, de repente...

Simón interrumpió a su hermana:

­¿De qué llamadas hablas? Nadie más que nosotros sabía que estaba aquí.

­Pues le llamaban prácticamente todos los días. Siempre era una voz de hombre. Yo diría que la misma voz. Después de cada llamada se quedaba en silencio. Yo creo que no eran buenas noticias las que le daban...

­Bueno, vamos a esperar hasta mañana. Si mañana por la tarde no ha regresado, llamadme. Tendré que hablar con el juez. Ya no quiero más líos.

De regreso a Uriondo, Simón estuvo atento a la radio. Hasta el momento, afortunadamente, no había trascendido lo ocurrido en la ermita.

Aparcó frente al K.O. y entró a hacer una visita. Eusebio presidía la barra.

­Buenos días, señor párroco. Ahí tienes al nuevo fichaje de la gastronomía vasco-argentina.

­A ver si va a ser Sergio el que innove los pintxos de esta casa, porque lleváis más de treinta años haciendo la misma tortilla, las mismas gildas y la misma ensaladilla...

Sergio asomó por la puerta de la cocina:

­Buenos días, tío. Ya ves, al fin me estrené en el mundo laboral.

­Y que te dure, muchacho. El trabajo es algo serio.

Miró al reloj. Faltaban pocos minutos para las doce y decidió esperar a Huesitos allí mismo. El vicario no llegaría al Obispado hasta, por lo menos, la hora de comer, así que decidió tomar unos potes y comentar con Luis Mari la extraña partida de Josefo. No tuvo que esperar ni un segundo más de lo previsto. A las doce en punto, Huesitos cruzaba el umbral de la puerta:

­Hombre, por fin el clero acude con puntualidad a algo que no sea la misa mayor.

­Y un argentino se pone a trabajar ­apostilló Eusebio­ Hoy es día de novedades.

Los dos amigos tomaron el primer blanco con rapidez. Simón había hecho un gesto discreto a Huesitos para charlar un rato a solas.

Al salir del bar, Huesitos miró, interrogante, al cura:

­¿Alguna novedad? Ese gesto...

­Quería hablar contigo antes de que llegue todo el mundo. Josefo se ha ido del caserío de mi hermana.

­¿Qué se ha ido? Igual ha vuelto a su casa...

­No. Dejó allí todo su equipaje. Hasta la cartera. Parece que había alguien que le llamaba con frecuencia y ayer, después de una de esas llamadas, se largó. Dijo que volvería hoy o mañana.

­Joder. Pues si que es raro todo eso. Nadie más que nosotros sabía que estaba allí, ¿no?

­Pues parece que alguien más sí lo sabía.

En ese momento se unieron al grupo Xuxú y Miren, de un lado, y Gotzon y Mila, por otro.

­Bueno chicos. ¿Habéis descansado bien después de vuestra aventura de ayer?

Xuxú reprendió a su mujer:

­Deja ya ese tema. No es para frivolizar. Ayer estuvimos a punto de tener un disgusto.

Nadie siguió con el asunto. Simón cambió de tema:

­Por haber llegado tarde os habéis perdido el espectáculo de Sergio trabajando en el K.O. Luego nos contará su primera experiencia.

­No es mal trabajo ­agregó Xuxú- no son más que cuatro horas.

­Y a las dos le da tiempo a tomar un par de potes antes de comer ­Huesitos, a lo suyo­.

Al pasar frente al kiosco de Juanjosito, Gotzon, que después de la larga charla con Mila estaba de mejor humor de lo habitual, le lanzó una pulla.

­¿Qué? ¿Hay noticias frescas o sigues vendiendo periódicos de conserva?

­¿Frescas? Fresquísimas. Hace un rato han encontrado a un tío ahorcado, colgando de un manzano cerca de Landatxo.

­¿Cerca de Landatxo? O sea, cerca de la ermita.

Simón y Huesitos cruzaron una mirada entre el estupor y el pánico.

(CONTINUARA)


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Jendartea
Seis muertos tras descarrilar un tren que viajaba de Galicia a Euskal Herria
Euskal Herria
Iñaki de Juana ha perdido ya más de 10 kilos
Ekonomia
Epai batek Kutxa zigortu du txanda kontratuengatik
Mundua
Empieza el juicio contra Saddam Hussein por el «genocidio» kurdo
Mundua
Dozenaka bidaiari hil eta beste asko zauritu dira Egipton tren istripu batean
Mundua
Hallan en Corsica dos cuerpos destruidos por una explosión
Kultura
Lee Miller, rebelde y libre
Euskal Herria
Un grupo de ciudadanos convoca una marcha para apoyar el proceso
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss